cartas

A Saddam Hussein

Yo sabía que eras un primitivo porque mantenías a tu pueblo como en el feudalismo mientras brota de tu tierra el oro negro como agua. Que eras un asesino porque masacraste al pueblo kurdo. Que eras un traidor porque por tu anticomunismo feroz te ganaste el favor del establishment de Estados Unidos y te armaron hasta los dientes para combatir a Irán. Pero hoy, después de tantos días de ver atrocidades y escuchar mentiras inauditas...quiero reconocerte que ustedes tienen lo que hay que tener porque enfrentan con hierros viejos a ejércitos supersofisticados: y pedirte por favor que sigas luchando en guerrilla urbana para terminar con el sueño imperial del alcoholismo de Bush. Hacé avergonzar y morder el polvo de la derrota a ese 70 por ciento de norteamericanos que se excitan con las conquistas y gozan con la sangre y las masacres de otros pueblos. Dales una paliza a esos prepotentes mercenarios y gurkas. Demostrales que si los yanquis quieren petróleo para siempre, un nuevo orden económico mundial es imprescindible. Y por sobre todo, ayudá a mantener la esperanza de que más temprano que tarde, David vencerá a Goliat.
José Rosenzvit