Pablo F. Mihal / La Capital
Puso primera y arrancó. Desde el pitazo inicial de Santiago Borsani Universitario mostró ayer mayor hambre de triunfo que Gimnasia y tras los ochenta minutos logró imponerse por 25 a 18 en uno de los partidos de la jornada inaugural del Torneo Regional del Litoral 2003, que este año pone en juego la Copa Volkswagen. Y no dejó dudas. Es más, muchos se arriesgaron a decir que este partido podía durar un par de horas más que en definitiva el resultado sería igual. Lo cierto es que Universitario justificó el triunfo en varios puntos entre los que sobresalió la prolijidad, la concentración, el control de la pelota, el dominio territorial, la buena recuperación y el muy buen tino para aprovechar las ocasiones con las que contó. Podría decirse que lo pensó, lo jugó, lo ganó. El local empezó a ejercer el dominio desde el vamos, tanto en el terreno como en la utilización de la pelota. No obstante, demoró casi un cuarto de hora en “calentar motores” y romper el cero del marcador. Juan Pablo Caterina, (que ayer se desempeñó de fullback y lo hizo muy bien), abrió el marcador en una jugada que él mismo había comenzado dentro de sus 22 yardas y que después que la tocaron casi todos, él culminó. Con justicia Universitario se ponía al frente. Empezaba a hacerse cada vez más sólido en las formaciones fijas y asediaba a la visita atacándolo desde todos lados. Enfrente Gimnasia pareció no acusar el golpe. Deambulaba por la cancha sin respuestas, con la mayoría de sus hombres desconcentrados y desconcertados. Golik anotó un nuevo try para Universitario que estiraba las diferencias antes de la media hora y para reafirmar el buen momento poco antes que finalizara el parcial Caterina le ponía la cereza al postre tras una muy buena jugada de Pachulo Furlán, la figura de la cancha. Uni se iba al descanso ganando 20 a 3, pero sobre todo mostrando una imagen más sólida que su rival de turno. En el complemento Gimnasia reaccionó pero solamente le alcanzó para descontar ya que nunca logró inquietar ciertamente al conjunto de Las Delicias, más que por algún arresto individual. Los mens sanas no tuvieron profundidad ni decisión como para dar vuelta la historia y sus mejores momentos fueron cuando lograron que Moliné y Morcino entraran en el desorden que ellos proponían, sacando a Universitario de su orden. Pero fueron sólo algunos instantes ya que, cuando volvió la calma, Universitario volvió a tener la riendas del partido para llevárselo con total justicia.
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