Año CXXXVI
 Nº 49.810
Rosario,
sábado  12 de
abril de 2003
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Guerra en el Golfo. La difícil tarea de formar un gobierno estable en Bagdad
La caída del régimen de Saddam genera una lucha de poder en Washington e Irak
EEUU apuesta por el exiliado Ahmad Chalabi para poner fin a la anarquía y unir a las recelosas etnias

PAUL TAYLOR
El Cairo. - La repentina caída del gobierno de Saddam Hussein ha dejado un vacío político en Irak, una lucha de poderes en Washington y otra tirantez entre ambos lados del Atlántico. Ya comenzó la carrera entre las facciones iraquíes para llenar el vacío de poder y la inclinación de EEUU por su exiliado favorito, Ahmad Chalabi, del Congreso Nacional Iraquí (CNI), le da a este candidato una ventaja inicial sobre otros contendientes. Ante la necesidad inminente de poner fin a la anarquía, frenar los actos de venganza, restaurar los servicios públicos y mantener la unión entre las etnias de la población, EEUU y Gran Bretaña están dispuestos a encontrar iraquíes que compartan la responsabilidad.
Sin embargo, los divididos grupos políticos iraquíes se están tratando entre sí con intensa desconfianza, mientras cada uno trata de hacer logros en el terreno en este período crucial. El CNI ha logrado establecerse en el centro de Irak, los kurdos han capturado Kirkuk, mientras que el mayor movimiento shiíta, el Consejo Supremo para la Revolución Islámica de Irak, con sede en Teherán, se ha distanciado de la ocupación estadounidense.

Nada político para la ONU
Chalabi dijo el miércoles que los dirigentes de la oposición en Irak y el exterior se reunirían hoy con funcionarios de EEUU en el poblado sureño de Nasiriya para preparar un gobierno interino. Horas después de que el vicepresidente estadounidenses, Dick Cheney, confirmó esa reunión, su oficina y el Departamento de Estado se retractaron, diciendo que tendría lugar más adelante cuando la seguridad lo permita. Un asesor del CNI dijo que las conversaciones fueron aplazadas hasta el próximo jueves.
Los dirigentes árabes, que condenaron públicamente la guerra, han salido rápidamente a decir que sólo los iraquíes deben escoger a sus futuros gobernantes, y que EEUU y Gran Bretaña deben salir de Irak lo más pronto posible. Los gobiernos europeos insisten en que las Naciones Unidas desempeñen una función central en la tarea de establecer un gobierno iraquí, pero el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, dejó en claro que Washington no tiene intenciones de dar al organismo mundial una participación política. "La sugerencia que darían algunos de mis colegas de que ahora que la coalición ha hecho todo esto y liberado a Irak, muchas gracias, apártense a un lado y el Consejo de Seguridad será el responsable de todo, es incorrecta y ellos lo saben y a ellos se les dijo", afirmó Powell al periódico Los Angeles Times. La función de la ONU será principalmente humanitaria.
La batalla de EEUU se centra en la función de Chalabi, un antiguo banquero y heredero de una acaudalada familia de comerciantes shiítas, y los exiliados contra los dirigentes locales y religiosos.
El Pentágono trasladó el sábado a Chalabi y 700 partidarios a Nasiriya con fuerzas especiales estadounidenses, dos periodistas y una cámara de video, para establecer una base y una presencia de la prensa en Irak. El miércoles, Chalabi molestaba a sus patrocinadores con quejas de que la población iraquí no estaba recibiendo alimentos, agua y medicinas, lo que propició una reacción de Washington.
Fuentes estadounidenses dicen que el Departamento de Estado y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) cuestionaron la aptitud de Chalabi y su apoyo popular después de más de 40 años en el exilio y un fracasado intento de organizar un levantamiento contra Saddam Hussein en 1996. El anterior jefe del Comando Central estadounidense, general Anthony Zinni, en otro tiempo los consideraba como uno más de "esos tipos con trajes de seda y relojes Rolex de Londres".
Una corte de Jordania declaró culpable a Chalabi en 1989 de malversación y también enfrenta cuestionamientos sobre el uso de millones de dólares de fondos otorgados por EEUU bajo una Ley de Liberación de Irak de 1997.
Powell dijo que la tarea importante es identificar a los líderes locales que tengan credibilidad entre los iraquíes. "¿A quién mira la gente? A los dirigentes tribales, a los dirigentes religiosos. Uno tiene que empezar de ahí", dijo.
EEUU planea gobernar a Irak por al menos seis meses por medio de la autoridad del comandante general Tommy Franks. Un gobierno civil encabezado por el general retirado Jay Garner le rendirá cuentas, ayudado por una autoridad interina iraquí. El CNI resta importancia a la función de la Oficina para la Reconstrucción y Asistencia Humanitaria de Garner (ORAH), con sede provisional en Kuwait, y dice que será subordinada a los iraquíes. "Estamos tratando de establecer una Autoridad Interina Iraquí y vemos que la ORAH es esencialmente el lado administrativo. Garner será como el secretario del gabinete en el servicio civil", dijo el representante de la CNI.
La tarea de asegurar un balance étnico y sectario será inmensa en un país que es alrededor de 55% shiíta, 20% árabe sunita y 25% kurdo, con minorías más pequeñas de asirios y turcomanos. Los árabes sunitas han dominado el país desde que fue creado por los administradores coloniales británicos de tres provincias del antiguo imperio Otomano en 1917.
Los analistas de Medio Oriente dicen que un poderío shiíta en Irak alarmará a los Estados árabes como Arabia Saudita y Bahrein, que tienen volátiles minorías shiítas y temen a la influencia de Irak, una república islámica shiíta persa.
Turquía ha dejado en claro que no tolerará una independencia kurda en el norte de Irak ni un control kurdo permanente de las ciudades de Kirkuk y Mosul con sus riquezas petroleras. Cualquiera que sea el resultado de las luchas de poder en Irak y Washington, encontrar un gobierno estable será una tarea gigantesca. (Reuters)



Marines inspeccionan el cuartel de inteligencia iraquí.
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