Las noches de los paramédicos de los servicios de emergencias son historias en sí mismas. Quizás para la mayoría de la gente sea difícil imaginar la cantidad de incidentes que enfrentan mientras trabajan en horario nocturno. Cuando todos duermen, una ambulancia puede llegar a cruzar la ciudad de Rosario entera hasta una decena de veces. "La principal diferencia que tiene este trabajo con otras especialidades médicas es que cuando entrás nunca sabés con qué te vas a encontrar", dijeron algunos profesionales a La Capital. Si bien ya casi están acostumbrados a una actividad colmada de sorpresas, hay situaciones que todavía deja perplejos a los médicos. Tal los casos de atención a los delincuentes. "Cuando llevo a un reo prefiero ignorar qué es lo que hizo", indicó un paramédico al recordar que en una oportunidad tuvo que atender a un hombre que mató a su hijo de tres años y después se quiso suicidar. "Pensé en lo que había hecho y, a la vez, debía salvarle la vida: dificilísimo". Y no dejan de señalar, entre todos los casos, cuáles son los que más les duelen. "La muerte de un chico es una de las situaciones que te pega más fuerte", expresaron.
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