Año CXXXVI
 Nº 49.809
Rosario,
viernes  11 de
abril de 2003
Min 9º
Máx 21º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Pidiendo el voto
Mussa llama a buscar la autarquía

Juan Ricardo Mussa (*)

Nuestra propuesta es clara: hay que conseguir la autarquía integral, y a la vez, trabajar por la unidad autárquica latinoamericana, activando el intercambio con el resto del mundo, pero dejando de depender de Europa y Estados Unidos. Para esto es necesario crear lazos recíprocos con países de alta capacidad tecnológica y financiera que necesitan nuestros productos sin rentabilidad ni prestaciones colonialistas.
La filosofía autárquica representa en este momento la solución única. Con un par de años de esfuerzo y con plena ocupación se puede modificar el presente y llegar a ser un país líder en Latinoamérica. Algunas de las medidas más urgentes que hay que aplicar son: fomentar la producción intensiva, eliminar las tasas usurarias que asfixian al productor y sanear el mercado financiero con tasas acordes a la inflación real para mejorar el poder adquisitivo salarial.
Hay que reducir todos los impuestos nacionales, provinciales y municipales en un 50%, menos el impuesto a las ganancias. Eliminar el impuesto a los sellos, estimular las exportaciones y desalentar las importaciones innecesarias; reorganizar las empresas con tecnología informática para optimizar su eficiencia; promover la iniciativa privada y reactivar las áreas productivas para crear puestos de trabajo inmediatos; desarrollar fuertemente las industrias de la construcción, automotriz, maquinarias, siderurgia, petroquímica, electrónica, astilleros, vialidad, energía, agrícola en general, ictícola, etcétera.
Como Argentina tiene enormes deudas externa e interna que no puede pagar, no podrá salir con una economía liberal, pero sí lo podría hacer con una economía autárquica. Tengamos en cuenta que los países industrializados de Occidente (que cuentan con una industria de alta tecnología) ya se han convertido en fuertes exportadores de granos y carnes, y nuestros productos primarios valen cada día menos.
El FMI impone el liberalismo económico en defensa de sus grandes intereses mundiales. Sin embargo, la economía internacional de mercado es un arma poderosa en manos del Fondo, que la impone por las buenas o por las malas, mediante escuelas liberales, propaganda, presiones económico-políticas, y especialmente a través de servidores perfumadamente pagados que la aplican contra el interés de sus propios países desde altos cargos ministeriales, directivos y ejecutivos, y también legislativos.
Sólo si todos los países realmente practicaran el intercambio liberal sin tratar de ahogar a los demás en provecho propio se podría llegar a un disciplinado y útil liberalismo internacional basado en el respeto mutuo; es decir, a un utópico libre mercado común mundial. Todo esto es tan claro y simple que no se puede creer en la buena fe de quienes siguen predicando la economía internacional de mercado, a pesar de los catastróficos resultados y de nuestra situación actual. Más bien es probable que defiendan turbios intereses internacionales. El liberalismo trae y se apoya en el monetarismo.
La autarquía no traba la iniciativa privada, sino que por el contrario, la estimula, dejando una gran libertad de acción. Es independencia, sinónimo de libertad colectiva y de evolución, lo que nos permitirá recuperar todos los valores de cultura, valentía, inteligencia, artes, etcétera, hoy forzosamente atrofiados por la catastrófica pobreza general.

(*) Candidato a presidente por Unidos o Dominados.


Diario La Capital todos los derechos reservados