Walter Palena / La Capital
El intercambio de fuego amigo entre el Partido Socialista (PS) y el ARI en la recta final de la campaña presidencial está produciendo efectos colaterales entre las dos fuerzas que compiten por la misma franja electoral o por el denominado voto progresista. El vice de Elisa Carrió, el diputado mendocino Gustavo Gutiérrez, dijo ayer que los socialistas deberían darle las gracias a Lilita por haber logrado unirlos. Para resaltar aún más las metodologías políticas entre unos y otros, soltó: "Carrió está haciendo en Rosario y en la provincia de Santa Fe lo contrario a lo que hace Bravo: no fragmentar y respetar lo bueno que hay".
Esta afirmación de Gutiérrez responde al explícito apoyo que ya le brindó Carrió a la eventual candidatura a gobernador de Hermes Binner. A pesar de esto, Bravo no ahorra críticas hacia Lilita y su compañero de fórmula. El postulante socialista dijo ayer en Rosario que Gutiérrez fue elegido para hacer "la conexión" empresarial del ARI, algo que interpreta como un giro a la derecha de la diputada chaqueña (ver página 7).
"Efectivamente la he acercado. Yo visité todas las empresas vinculadas al sector productivo del país, pero no les hemos pedido un centavo. Las pruebas están a la vista: nuestra campaña es la más austera", replicó a La Capital el mendocino, quien ayer estuvo en Rosario para participar como orador en el cierre del III Congreso Nacional de Empresas Pyme.
Gutiérrez dijo sentir un "profundo respeto" por la figura de Bravo como para contestar lo que considera "agravios" en el fragor de la campaña. De todas maneras, reflejó una humorada con aroma a chicana: "Apelando a la historia del glorioso Partido Socialista, yo siempre le digo a Bravo en forma de chiste que ellos tenían en el estatuto de 1902 un artículo en el que prohibían tomar mate porque creían que la sífilis se transmitía por la bombilla. Es decir, es un partido que nació con algunos errores de diagnóstico".
Pero Gutiérrez fue más hiriente con el socialista al señalar: "Creo que eso ya lo aprendió Bravo, ahora vamos a ver si aprende otras cosas en el tiempo político que le queda".
En esa posición agresiva a las imputaciones que le formula Bravo, Gutiérrez diferenció cómo se debe construir política a pesar de las discrepancias. Aquí también lo cruzó con fuego de artillería amistoso. "Lilita Carrió consiguió una cosa que los socialistas no habían podido lograr: unirlos", disparó.
Consultado sobre las razones que lo llevaron a aliarse con Carrió, mientras su partido, el Demócrata mendocino, está con Ricardo López Murphy, Gutiérrez consideró en primer lugar el "respeto" que siente por Lilita y la intención de formar un proyecto con vocación de poder y no conformarse con convertirse en una fuerza testimonial. "No vamos a una elección para sacar dos o tres bancas, sino para competir en serio por el poder en Argentina. Y eso es ya toda una definición", justificó el diputado.
Por otra parte, Gutiérrez, al igual que la mayoría de los candidatos, sigue abonando la hipótesis de fraude en las elecciones presidenciales del 27 de abril. En ese sentido, enumeró una serie de antecedentes que, según él, hacen creíbles esas sospechas. "Hay muchos elementos objetivos: la elección en Catamarca, la utilización de los planes sociales, el manejo corporativo del Senado con el caso Barrionuevo y la negativa del gobierno de incorporar el plan de fiscalización electrónica que ofreció Brasil y que nosotros habíamos pedido. Acá no se trata de una profecía autocumplida, sino de prevenir o advertir antes de que ocurran los acontecimientos", concluyó.
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