Año CXXXVI
 Nº 49.809
Rosario,
viernes  11 de
abril de 2003
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A 16 días. Los encuestadores nacionales intentan salir del ojo de la tormenta
Mora y Araujo asegura que no habrá fraude electoral
El analista político reafirmó la validez de los sondeos y advirtió que el bipartidismo en Argentina es cosa del pasado

Carlos Colombo / La Capital

El encuestador y analista político Manuel Mora y Araujo está convencido de que habrá segunda vuelta en las elecciones presidenciales y que "es casi imposible que pueda existir fraude". En diálogo con La Capital, le firmó el certificado de defunción al bipartidismo y consideró que la crisis de representatividad se produjo porque "las sociedades han cambiado más rápido que los partidos" y éstos no pueden representarlas.
-¿Desacredita a los encuestadores las denuncias de que los sondeos están tocados o que los paga el gobierno?
-Todo lo que es público en la Argentina cae en el descrédito. No hay ninguna institución ni sujeto público que no caiga en el descrédito. Alguien dijo que las encuestas son la continuación posmoderna de la ciudadanía y adquieren un protagonismo muy grande. Le digo una cosa, es inconcebible que las firmas serias -porque hay de todo-, que viven de su trabajo, estén compradas o manipuladas porque sería pan para hoy y hambre para mañana. ¿Quién puede estar en el mercado después del fracaso de una elección? Me parece que todo lo que se dice de las encuestas tiene mucho de fantasía.
-Los críticos señalan que los encuestadores no entran en las villas o que se realizan telefónicamente.
-Las encuestas bien hechas van a demostrar que siguen siendo creíbles. Errar es humano, pero no pueden errar todas. Que se hacen por teléfono es una afirmación válida para las pocas encuestas que se hacen así. La mayoría no se hace por esa vía porque, justamente, hay mucha gente que no tiene teléfono. En cuanto a las villas, le digo que si una villa cae en la muestra, en principio, sus habitantes son encuestados. A veces van de a dos. En algunas villas reducidas de la ciudad de Buenos Aires, algunas que otras del Gran Buenos Aires y algunas que otras de Rosario no se puede entrar, y a esas no se entra. Entonces se encuesta a otro que fue sorteado lo más cercano posible, pero esa periferia de la villa piensa más o menos parecido. Y la población que vive en villas a las que no se puede ingresar no pasa, por decirle mucho, del uno por ciento del padrón nacional y mucha de esa gente no vota.
-La mayoría de los encuestadores coincide en que habrá segunda vuelta.
-Es casi una una certeza, con el 99 por ciento de probabilidades.
-Carlos Menem insiste en que gana en primera vuelta. ¿Conoce algún sondeo que indique esa posibilidad?
-No. Hay muy pocas encuestas que dicen que Menem va primero, y ninguna que esté ganando en primera vuelta.
-Los candidatos están alertando sobre un posible fraude en las elecciones.
-Los candidatos hablan de fraude siempre. En la Argentina de hoy me parece casi imposible que pueda haber fraude. Puede haberlo en una mesa de un paraje de Santiago del Estero, pero no en una mesa con fiscales de la mayoría de los partidos. Es imposible que se haga un fraude en el recuento de los votos cuando existe un sistema informatizado y también que se soborne al Correo Argentino. Pueden ocurrir las irregularidades que se registran en cualquier parte de mundo, pero hablamos de proporciones insignificantes.
-El PJ presenta tres listas y la UCR lleva un candidato oficial pero hay otros dos salidos de su riñón. ¿Se puede hablar del fin de bipartidismo?
-Creo que sí. Efectivamente, los partidos se fragmentaron, y me parece que, más allá de que después se puedan recomponer, se terminó el bipartidismo en la Argentina por un buen tiempo.
-¿Cuánto influyen los nuevos escenarios en América latina en el fin de este bipartidismo?
-Es parte de ese fenómeno. Lo que ha ocurrido acá, como en el resto de Latinoamérica, es que las sociedades han cambiado más rápido que los partidos, entonces los partidos no logran mantenerse homogéneamente porque no pueden contener las diversidades de corrientes que expresan la diversidad que hay en la sociedad. Es así como (el presidente de Brasil Ignacio da Silva) Lula termina gobernando con algunos que vienen de la derecha conservadora, en Ecuador gana un candidato populista y gobierna con sectores de orientación conservadora, en Bolivia hay alianzas desde hace años entre partidos muy distintos. En otras palabras, hoy los partidos están por detrás de la sociedad en su capacidad de expresarla y representarla, entonces se forman coaliciones nuevas.
-¿Pueden esas coaliciones generar la construcción de una nueva centroizquierda y una nueva centroderecha?
-Los conceptos de derecha e izquierda están siendo superados por los acontecimientos. Siempre hay, por supuesto, tendencias más conservadoras y más igualitaristas, pero incluso en gran parte del mundo vemos que los conservadores son igualitaristas y la izquierda es pro inversión. Por eso me parece que las nociones de izquierda y derecha son útiles porque pensamos así, pero hoy son anticuadas.
-¿El próximo, será un presidente débil?
-Será un presidente débil, y necesariamente tendrá que realizar coaliciones. Si no las hace, no podrá gobernar. Fernando de la Rúa fracasó porque no supo hacer coaliciones. Incluso, cuando perdió ampliamente la elección legislativa del 2001 siguió gobernando como si nada hubiese pasado.



"Pocas encuestas dicen que Menem va primero", afirma. (Foto: Hugo Ferreyra)
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