Pablo F. Mihal / Ovación
En Atlético del Rosario cambiaron de presidente pero las cosas seguirán por el mismo camino. Fernando Semino dejó la presidencia de la institución en manos de Roberto Rivarola, sin listas y sin elecciones. Así los hombres de Plaza Jewell priorizaron la tradición del centenario club, su espíritu, por sobre cualquier cosa y todo transcurrió como una transición natural, como una prolongación de un proceso.
"El club es como una gran familia y en nuestro caso es como si a un hermano o a otro le va tocando la responsabilidad de dirigirla", graficó Roberto Rivarola a la hora de hablar de la sucesión a Semino.
Al hacer un pequeño balance de la gestión que ayer terminó, Fernando Semino aclaró que los últimos dos períodos fueron de los más difíciles de todos los que tuvo, sobre todo por la situación general del país que hizo que el camino sea escabroso y cuesta arriba. "Nadie quedó exento de todo lo que pasó en los últimos dos años en la Argentina y en ese sentido los clubes no son una isla en esto", enfatizó el presidente saliente.
-En el plano deportivo también coincidió que en este período el rugby de Atlético se quedó sin un plantel completo debido al éxodo al exterior. ¿Cuál es el análisis?
-La crisis incidió, es cierto. Haciendo un poco de historia en 1996, cuando salimos campeones, recuerdo que yo era presidente y había dicho que «ese logro no significaba haber llegado al techo sino que era un trampolín para lanzarnos todavía a más»... y creo que no me equivoqué ya que pegamos el gran salto en el 2000 cuando logramos ese éxito histórico y salimos campeones en las tres divisiones (en primera, intermedia y preintermedia). Pero después se nos vino el mundo abajo cuando comenzó "la fuga de cerebros", algo que pasó en todos los clubes pero que para nosotros fue tremenda. Eso no lo teníamos previsto.
-En el plano institucional Plaza pasó por momentos críticos como por ejemplo con el tema del gimnasio.
-Siempre digo que los clubes tienen que tener períodos con directivos que hacen obras y con otros que administran. Yo fui fundamentalmente un administrador, un presidente un poco a la antigua. El proyecto del gimnasio, que hoy por hoy agradecemos a Dios de tenerlos, en su momento nos complicó ya que se había sacado un crédito accesible al club pero con los avatares se convirtió en un bomba de tiempo pero tuvimos la suerte de poder hacer una operación inmobiliaria con un terreno patrimonio del club que estaba como una reserva y así se equilibraron las cosas e incluso nos quedó dinero. Tuvimos suerte pero lo que ocurrió fue un desgaste muy grande.
-La crisis hizo que también hubiera una merma importante de socios
-Sí, por supuesto. La ecuación del 100% de los clubes es de menos socios y más morosidad. En ese sentido creo que no hay club que esté exento. Nosotros, en diez años tenemos un 33% menos de socios.
-Me imagino que también hay otras variables que influyeron en la economía del club.
-A pesar de que los empleados del club no ganan buenos sueldos, hubo aumentos importantes. También se incrementaron los costos pero sin embargo la cuota societaria no se aumentó sino que, en cierto aspectos, se redujo como en lo que paga el grupo familiar o en el abano a la pileta.
-¿No tienen ayuda del estado?
-El estado que no aparece para nada. Hay una ley que está aprobada en la que nos tienen que hacer una tarifa especial de la EPE y sin embargo no la reglamentan y el gas, por ejemplo, lo pagamos como cualquier hijo de vecino. Clubes como el nuestro, donde no tenemos actividades profesionales como podrían ser los del fútbol, que manejan otras cifras, deben a Utedyc o deben impuestos y nadie le hace nada porque están subvensionados porque es el circo del pueblo.
-¿Deben mucho dinero?
-No le debemos un centavo a nadie y no tenemos ni un centavo en descubierto. Lo único que debemos son las facturas a pagar de lo que se compró este mes. El club en ese sentido está saneado, está sano.
Para finalizar Semino expresó que lo que más preocupa son las previsiones del futuro ya que en este país no se puede pensar a más de dos meses. "No obstante eso es algo con lo que ahora tendrá que lidiar Rivarola", concluyó el ex presidente a manera de chanza mientras apretaba la mano de su sucesor mientras posaban para la foto.
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La Ciudad
