"Lo que hace La Porteña Jazz Band es jazz clásico, porque esa es la clasificación correcta que se utiliza para nuestro tipo de música en todas partes del mundo, menos aquí, donde somos muy sectarios". Así definió el trompetista Martín Müller al trabajo que desde hace 37 años desarrolla La Porteña Jazz Band, que se presenta hoy, a las 21.30, en el teatro Mateo Booz, San Lorenzo 2249. Müller es primer trompetista y líder de La Porteña Jazz Band, formación que integran además Ricardo Alem, (segunda trompeta), Carlos Bianchi (trombón), Carlos Caiati y Juan Manuel Klapembach (saxos altos y clarinetes), Edgardo Cabello (saxo tenor y clarinete), Mauricio Biancalana (piano), Adrián Minuchin (tuba) y Eloy Michelini (percusión). "Lo que vamos a llevar a Rosario es un programa que presentamos en dos partes con un intervalo, en el que intentamos recorrer las partes y los autores más significativos de lo que se llama el jazz clásico", dijo Müller, quien se enoja con aquellos colegas que se autodenominan jazzeros tradicionales y que consideran a la producción de los años 20 y 30 sólo como "música alegre y divertida". "Esa generalizaciónla hace mal al jazz y a la música en general. Diría que es otra muestra de sectarismo que encubre el sentido profundo y la esencia del jazz. Sin voluntad de hacer analogías fáciles debería ser considerada como música de protesta", sostuvo. La Porteña Jazz Band es una de las bandas del género más prestigiosas de la Argentina. Con 37 años de trayectoria, se ha presentado en escenarios de todo el país y ha desarrollado una extensa carrera con actuaciones en importantes salas y festivales internacionales de jazz en América y Europa. "Nunca me importó mucho eso de saber exactamente cuántos discos llevamos grabados; calculo que son unos cuántos, pero no creo que sea un número como para perder la humildad", indicó el líder. Concretamente la banda contabiliza 30 discos entre vinilos y compactos, grabados en Argentina, Uruguay, Francia y Holanda, a lo que se suma la reciente reedición de tres de esos discos por un matutino porteño. "Creo que en jazz, un clásico es una obra que puede ser rastreada, que se sabe cómo sonaba en su versión original, por eso trabajamos sobre la producción de pioneros como King Oliver, por ejemplo, y por tratarse de jazz nos permitimos hacer con eso nuestros propios arreglos de acuerdo a este tiempo. Seguramente usted no clasificaría a un músico como Mozart o Wagner como un músico antiguo sino como un clásico, algo que algunos sí hacen con el jazz", concluyó.
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