El Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó la recuperación de la economía argentina aunque advirtió que persisten "importantes fragilidades" vinculadas a la inflación, el sistema financiero y la situación política. El organismo se mostró preocupado por la presión que pueden ejercer las elecciones de abril sobre el gasto público y aseguró que el próximo gobierno deberá reforzar el anclaje monetario, dar credibilidad a un marco fiscal y fortalecer el sistema financiero.
El Fondo presentó ayer el informe semestral sobre las perspectivas de la economía mundial, como parte de las actividades previas al inicio de la asamblea de la primavera boreal, que comenzará en las próximas horas, en forma conjunta con el Banco Mundial.
En el capítulo referido a la Argentina, el informe destacó que la economía comenzó a experimentar un "fuerte crecimiento en la producción industrial y la construcción" desde mediados del año pasado.
Para este año, prevé una mejora sostenida en la actividad, apoyada en la recuperación de la confianza de los consumidores y la caída del tipo de cambio real. En números, estimó un crecimiento del 3% del PBI (4,5% para 2004) y una inflación del 22,3% (13% en 2004).
La entidad subrayó que la Argentina marcha por la senda de la recuperación. Apuntó que la confianza de los consumidores está aumentando, y destacó la modesta disminución del desempleo gracias a los planes Jefas y Jefes de Hogar. Además, resaltó que en el curso del 2002 el tipo de cambio se depreció un 70%, aunque los precios al consumidor subieron sólo 40 por ciento, lo cual implicó una significativa depreciación real del peso.
"En los últimos meses la moneda recuperó valor, las tasas mensuales de inflación cayeron, las tasas de interés bajaron y aumentaron los depósitos bancarios", agregó la entidad que preside Horst Köhler.
Las debilidades
No obstante, también advirtió que persisten "fragilidades" relacionadas con el riesgo inflacionario a partir de la liberación de los depósitos bancarios, los amparos que podrían acelerar esa liberación y "las presiones sobre el gasto público en vísperas de las elecciones de abril".
Para el futuro gobierno, el FMI marcó como prioridades fortalecer el ancla monetaria y la credibilidad del marco fiscal, así como tomar medidas para fortalecer sustancialmente el sistema bancario.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, partió ayer a Washington para participar de la asamblea conjunta del Fondo y el Banco Mundial. Hoy se reunirá con el subsecretario del Tesoro de los Estados Unidos, John Taylor, y las máximas autoridades de los organismos financieros internacionales.
El encuentro multilateral será el primero del que participará la Argentina después del acuerdo firmado en enero pasado con el FMI. La agenda de trabajo no será fácil. A las advertencias que contiene el informe del Fondo se suma la resistencia del Banco Mundial a liberar un crédito de 500 millones de dólares, en represalia por la decisión del presidente Eduardo Duhalde enviar al Congreso la discusión dela compensación a los bancos y la dilación en el aumento de tarifas.
Wolfensohn expresó en las últimas horas su disgusto por las medidas económicas que Lavagna se niega a tomar.
Parte de la delegación argentina ya está en la capital norteamericana. Es el caso del presidente del Banco Central, Alfonso Prat Gay, quien se reunió por la mañana con el subsecretario Taylor y, por la tarde, con directivos del BM y el BID.
Hoy Prat Gay y Lavagna almorzarán con la vicedirectora gerente del FMI, Anne Krueger, merendarán con Wolfensohn y cenarán con el director para el Hemisferio Occidental del FMI, Anoop Singh.
En Buenos Aires, los acontecimientos no acompañan la necesidad de Lavagna de estrechar relaciones con el organismo. El senado debatía anoche el programa de rescate de las cuasimonedas, luego de una tensa espera por la resistencia de los legisladores radicales, y un proyecto para suspender las ejecuciones hipotecarias, un tema que pone verde a los funcionarios del Fondo.
Crecimiento lento
Al difundir el informe semestral sobre las perspectivas de la economía mundial, el Fondo aseguró que el crecimiento esperado para toda América latina será de apneas el 1,5%, bastante inferior al 5 por ciento previsto para todos los países en vías de desarrollo.
A su criterio, América latina depende en gran medida de la recuperación de Estados Unidos, cuya economía creció apenas 2,4% en 2002, año durante el cual el déficit fiscal creció hasta alcanzar el 3,6 por ciento de su PBI.
La Ciudad
