Año CXXXVI
 Nº 49.808
Rosario,
jueves  10 de
abril de 2003
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Una voz clave en la causa del homicidio de Carlos Gauna
Ayer habló ante el juez un testigo de la muerte del joven, caído bajo una bala policial hace 8 meses

Ocho meses después de que el joven Carlos Gauna cayera abatido en un baldío de Ludueña Sur por un disparo de un policía del Comando Radioeléctrico, un joven que lo acompañaba en ese momento se presentó en Tribunales a contar por primera vez lo que vio y escuchó. Sin embargo, no lo hizo como testigo sino que en el acto quedó imputado del presunto intento de robo que motivó la intervención policial. Familiares de Gauna consideran que su testimonio es clave porque coincide con la versión de otro amigo de la víctima: ambos sostienen que Gauna entró al baldío a buscar una pelota y en ese lugar fue fusilado, desarmado y sin que existiera intercambio de disparos. Por eso pedirán que el juez impute a los policías por homicidio simple.
La declaración que prestó ayer Fabo, un chico de 19 años sin antecedentes penales, resultó clave porque convalidó la versión que hasta ahora sostuvo Ezequiel, un menor de edad que presenció el hecho, y dio fuerza a la posición de familiares y vecinos que denuncian un caso de gatillo fácil. La policía, en cambio, acusa a Gauna de haber intentado robar una propiedad e iniciado un tiroteo.
Fabo era uno de los mejores amigos de Carlos Gauna y las circunstancias que rodearon su muerte le provocaron un shock que paralizó la mitad de su cuerpo. Pasaron días hasta que sus familiares se animaron a contarle que su amigo había perdido la vida. Desde ese momento, el muchacho comenzó una terapia para elaborar lo que ocurrió aquella noche. Su psicólogo aguardó afuera del juzgado ayer, mientras el joven estaba ante el juez, que esperó su mejora para llamarlo a declarar, contó su abogada, Adriana Ungaro.
El confuso hecho ocurrió el 9 de agosto de 2002 en el terreno de una fábrica abandonada ubicada en Larrea y Urquiza. Se originó cuando un vecino llamó a la policía porque vio a dos sospechosos trepados su tapial desde el baldío. Según la versión oficial, los delincuentes efectuaron disparos que fueron repelidos por un policía trepado a una escalera. Gauna, de 20 años, recibió un disparo en la cabeza. Le secuestraron un revólver calibre 38, pero sus familiares aseguran que fue plantado.
El testimonio de Fabo se incorporó ayer a la causa que investiga el juez de Instrucción Nº 3, Luis María Caterina. El chico, que se presentó espontáneamente, aseveró que estaban jugando al fútbol en la esquina cuando por un tiro largo suyo la pelota fue a parar al baldío. Indicó que Gauna y Ezequiel fueron a buscarla mientras él esperaba en la calle. En instantes, según dijo, escuchó una sola secuencia de disparos, se asustó y salió corriendo del lugar, aseguraron fuentes judiciales.
El joven confirmó que ninguno de los tres tenía armas en su poder y también dijo que había otras personas en el baldío. Fabo quedó imputado de tentativa de robo y resistencia a la autoridad porque podría tener relación con el intento de asalto denunciado por el vecino, aunque sigue en libertad.
Ungaro indicó que el testimonio de Fabo, cuya identidad pidió mantener en reserva, no puede aportar detalles sobre la muerte de Gauna. En cambio, pretende desestimar que la intención de los jóvenes era cometer un ilícito, como quedó planteado en el expediente.
El abogado que representa a los padres de Gauna, Carlos Varela, pedirá al juez que se les recepcione declaración indagatoria a los policías del Comando por el delito de homicidio simple, al considerar que "se han reunido elementos suficientes" para ello y que la declaración de Fabo "termina con la versión exculpatoria de los policías". Si el juez hace lugar a ese pedido, los uniformados quedarían presos. Hasta el momento sólo fueron sometidos a un interrogatorio sumario en sede policial. El autor del disparo, el suboficial Rubén Darío Blanco, fue escrachado en su vivienda en una de las marchas de hasta 300 personas que realizaron allegados y vecinos por el esclarecimiento del caso.
Ayer se realizó una nueva marcha hasta el paredón que circunda el terreno donde murió el joven. "A pesar de que se cumplen 8 meses de su muerte, hoy me siento más aliviada", dijo Gladys Gauna, la mamá de Carlos. El testimonio de Fabo alentó sus esperanzas de que la investigación siga adelante y el policía que disparó sea llamado a declarar.



Los padres de Gauna en el paredón de Larrea y Urquiza. (Foto: Enrique Rodríguez)
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