Año CXXXVI
 Nº 49.808
Rosario,
jueves  10 de
abril de 2003
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Guerra en el Golfo. Los efectos económicos serán desfavorables para muchos
Rusia teme perder los lucrativos contratos petroleros
Los pronósticos de las empresas rusas son sombríos

Las compañías petroleras rusas son bastante pesimistas por estos días. Los éxitos de las tropas estadounidenses y británicas en Irak presionan la cotización del crudo, y la industria rusa teme perder los lucrativos contratos petroleros que firmó con el régimen de Saddam Hussein.
Mientras el Kremlin aboga públicamente por dar a la ONU un papel clave en el Irak pos Saddam, las petroleras rusas apuestan a una negociación directa con Washington.
Leonid Fedun, vicepresidente de la mayor empresa del sector en Rusia, Lukoil, desaconseja confrontarse con Estados Unidos. "No tengo dudas de que también tras la guerra compañías rusas trabajarán en Irak, entre ellas la nuestra", aseguró al diario Kommersant.
Gracias a sus fluidos contactos con representantes estadounidenses y sectores de la oposición iraquí, Lukoil parece ubicarse cómodamente junto a las firmas estadounidenses y británicas que explotarán el petróleo iraquí.
Desde que la ONU impuso sanciones económicas a Irak en 1991, el 40 por ciento de las exportaciones iraquíes permitidas por el programa "Petróleo por alimentos" quedó en manos de empresas rusas. Lukoil cerró un contrato con Bagdad en 1997 para explotar los yacimientos de Kurno occidental, con reservas estimadas en 8.000 millones de barriles.
Sin embargo, el gobierno iraquí canceló el arreglo a fines de 2002 por considerar que Moscú no se oponía con la necesaria firmeza al ataque aliado. Pero Fedun habla de "contratos asegurados internacionalmente", y recuerda que Lukoil tiene derecho, en caso de rescisión, a una indemnización multimillonaria.

Negocios de Washington
Mientras los soldados luchan por el control de Bagdad, Washington ya está repartiendo las primeras concesiones para la "reconstrucción" iraquí. En Moscú no debe haber caído bien la noticia de que una empresa estadounidense ya tiene asegurada la reparación de los yacimientos obsoletos de Irak, cuya tecnología de extracción fue provista en su gran mayoría por la extinta Unión Soviética.
Ya antes de que comenzara la guerra, expertos rusos advirtieron de que Moscú estaba situándose en un lugar bastante complicado con su resistencia a la ofensiva. Irak debe aún 8.000 millones de dólares a Rusia, por la compra de armamentos durante la era soviética. Un cambio de régimen en Bagdad podría retrasar considerablemente los pagos, temen en Moscú.
Desde que los tanques comenzaron a avanzar en dirección a Bagdad, el presidente ruso, Vladimir Putin, insiste en que la victoria aliada también favorecerá a su país. Pero su ministro de Industria, Ilia Klebanov, no fue tan optimista al declarar al periódico berlinés Der Tagesspiegel: "Ahora, es bien posible que los contratos sean declarados nulos donde Estados Unidos ha tomado el control". (DPA)



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