cartas

A la directora del Vilela

En la noche del 17 de febrero próximo pasado, recibí de mi hijo y de mi nuera una noticia devastadora que me afectó profundamente: mi querido nieto Patricio Ignacio Cullen estaba afectado de leucemia e internado por tal motivo en la ciudad de Santa Fe. Inmediatamente comencé a hacer averiguaciones y por distintas fuentes me recomendaron el servicio de onco-hematología del Hospital que usted tan eficazmente dirige. Lo visité y fui atendido por el doctor Amadeo Rosso y le pedí que lo recibiera a Patricio para brindarle la atención médica correspondiente disponiendo entonces los padres su traslado en ambulancia y llegando al hospital la noche del 19 de febrero. Desde ese momento y hasta hoy, dado que su tratamiento ambulatorio sigue con el mismo equipo médico pero en una institución privada, he observado la dedicación, afecto, eficiencia y especialización del equipo médico encabezado por el doctor Rosso y a todos ellos quiero expresarles mi gratitud por intermedio de esta nota por la forma como han atendido a mi nietito Patricio. Es para mí, estimada directora -superando la angustia del momento que estamos viviendo y sin perder el optimismo sobre el éxito del tratamiento-, una gratísima sorpresa conocer la existencia de este centro hospitalario y del sector de alta complejidad donde sé que han realizado recientemente con éxito un trasplante de médula ósea. Que un hospital público municipal esté en condiciones de brindar una atención médica de estas características es motivo de orgullo para todos los rosarinos y compromete nuestros esfuerzos para que la adecuada protección de la salud que el municipio brinda se mantenga y mejore en el futuro. Ruego a usted acepte mi personal reconocimiento por el tratamiento que recibiera mi nieto en ese hospital, pidiéndole transmita al doctor Amadeo Rosso y a todos los médicos, enfermeros, psicólogos y personal en general mi agradecimiento más sentido.
Iván J.M. Cullen