Huertas, cría de codornices y plantas medicinales son algunos de los temas que se abordan en los cursos del proyecto de autoproducción de alimentos del programa Crecer, iniciado en 1997. Por primera vez, este año, los cursos incluyen a pacientes psiquiátricos y sus familiares. Agrónomos y veterinarios enseñan a producir alimentos a nivel familiar, tales como productos de la huerta, plantas medicinales y cría de animales, como conejos y codornices. "También se realizarán otros temas, tales como la construcción de hornos de ladrillo y panificación", explicó a La Capital Carlos María Acosta, coordinador del proyecto.
Si bien los talleres se ofrecen en los centros Crecer de la ciudad, también los llevan a otras entidades, como escuelas, iglesias, centros comunitarios, y vecinales, entre otras, la novedad está dada por las características de los destinatarios. "La Asociación de Familiares y Enfermos Psíquicos (Afaep) nos convocó y comenzamos en enero", comentó Acosta. "Por primera vez dictamos talleres de esta índole para discapacitados mentales", afirmó María Vanina Ezpeleta, promotora agrotécnica del proyecto.
"Al principio fue difícil captar la atención de los alumnos o que se quedaran quietos, pero fue muy lindo porque participan mucho, leen el material y comparten sus experiencias", agregó Fabiana Strasser, otra de las profesoras.
Las profesionales del curso aclararon que trabajan con los enfermos "como lo hacemos con cualquier grupo". Se dictan los mismos contenidos que en las demás capacitaciones, a la vez que se les ofrecen las mismas posibilidades.
Para la prosecución de los talleres, resulta fundamental la continuidad de los asistentes. Para ello, las promotoras resaltaron la importancia de los familiares, responsables de que los pacientes acudan a la capacitación. Esta continuidad "hizo que todos se encariñen más y presten atención en las clases", comentó Flavia Strasser, promotora agrotécnica.
El primero de los talleres fue sobre huertas. Los asistentes trabajaron la tierra, sembraron acelga, rabanitos y lechuga. El programa incluye la entrega de herramientas y semillas para la huerta. Los técnicos, luego de las clases teórico-prácticas, acompañan a los alumnos en las tareas junto con el personal sanitario.
Lugares comunes
"Los talleres sirven para la integración. Les da una posibilidad de tener una tarea en común y un lugar de encuentro", expresó Acosta. "A su vez, la capacitación permite poner en práctica lo aprendido y lograr un proyecto de autoproducción", agregó.
Los talleres se dictan en el Hospital Neuropático. Allí los asistentes y pequeños productores programaron participar de las ferias que se realizan en el Distrito Sur, con el objetivo de comercializar la producción.
El próximo taller trabajará la reproducción avícola. "Vamos a capacitar en autoproducción de huevos de codornices, un animal que tiene una postura rápida y regular, y no requiere cuidados especiales. De esta manera los alumnos podrán observar rápidamente los resultados".
"Los animales les gustan mucho, se ven motivados y colaboran en la capacitación", apuntó el coordinador del proyecto.
Asimismo, este año se lanza la entrega masiva de codornices junto con la capacitación necesaria.
La Ciudad
