Año CXXXVI
 Nº 49.806
Rosario,
martes  08 de
abril de 2003
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Procesan al jefe y a un cabo del penal policial
Es por el caso de un ex agente condenado a perpetua por homicidio, que salía ilegalmente de la prisión

El jefe del penal donde permanecen alojados los policías y ex policías que están bajo arresto, y un cabo de la misma repartición, fueron procesados por el delito de omisión de los deberes de funcionario público. Un juez los considera responsables de las salidas irregulares que hacía un ex agente policial condenado a prisión perpetua por un homicidio. El recluso abandonaba ilegalmente su celda para trabajar, hacer compras en el supermercado e incluso para visitar a sus familiares.
El procesamiento incluye al comisario Oscar Martínez y a un cabo de apellido Erbello, mientras que a un oficial que también estaba imputado el mismo magistrado le dictó falta de mérito para continuar en esa situación. La resolución es del juez en lo Correccional Nº 10, Daniel Acosta.
Martínez y Erbello están acusados de facilitar las condiciones de detención extrañamente light del recluso Ignacio Darío Hogsten, un ex agente de la policía provincial condenado por el crimen del joven Aníbal Pellegrini en septiembre de 1996. El móvil del asesinato, según el fallo, fue robarle una moto Kawasaki 1000 y garantizar su propia impunidad ya que el ex policía y la víctima se conocían.
Hogsten estaba preso en el penal de Dorrego al 900 Había sido exonerado de la fuerza después de que lo condenaran, pero no lo enviaron a una cárcel común precisamente por su condición de ex agente policial.
Allí fue visto varias veces por familiares de Pellegrini cuando salía a la calle para lavar autos o se cruzaba a un supermercado que queda justo frente al penal. La situación se hizo pública cuando reporteros gráficos del diario El Ciudadano pudieron retratarlo en la calle sin custodia.
Después del escándalo Hogsten fue trasladado a la cárcel de Coronda por decisión del juez de ejecución penal Efraín Lurá. Paralelamente, el juez Acosta inició una investigación para dilucidar quiénes eran los responsables de la situación y quedaron bajo sospecha Martínez, el oficial que estaba de guardia el día que Hogsten fue sorprendido por los reporteros gráficos y un cabo que también estaba de turno.
Aunque el oficial zafó, el jefe del penal y el cabo fueron imputados de un delito que se castiga con multa e inhabilitación de un mes a un año para ejercer el cargo. Hasta ayer no habían apelado.


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