"Tenemos problemas para cumplir con el plan materno infantil porque los proveedores no se presentan a las licitaciones para adquirir la leche". Así, el intendente Hermes Binner lamentó la ausencia de políticas nacionales para defender el mercado interno. "Hay que poner controles en los procesos de importación-exportación, y regular que los alimentos producidos en el país abastezcan en primer término a los argentinos", argumentó. En rigor, en los últimos cuatro años bajó considerablemente la producción láctea y a su vez aumentó la demanda externa casi al doble. Esto no sólo llevó los precios a las nubes, sino que amenaza con el desabastecimiento, paradójicamente en la provincia que tiene una de las cuencas lecheras más importantes del país. Para el presidente de la Sociedad Rural de Rosario, Miguel Calvo, es una "obviedad" de que en un mercado libre los productores apunten "a obtener precios más altos y mejores formas de pago".
Calvo admitió además que la oferta de productos lácteos disminuyó; sin embargo, descartó que haya problemas en la cadena de distribución. "No tengo información de que haya inconvenientes con la comercialización de estos productos. Pero si se han caído licitaciones es porque el productor también ahora mira la forma de pago", argumentó el dirigente agropecuario.
La industria tuvo su pico en 1999, con más de diez mil millones de litros, a nivel nacional. Ese récord se obtuvo gracias a la tecnología que los tamberos incorporaron, pero la recesión y las altas tasas de interés para la compra de maquinaria destruyeron a miles de productores.
De este modo, la producción cayó, en todo el país y también en la cuenca lechera santafesina (ver infografía). Luego, con el fin de la convertibilidad y el aumento de la demanda exterior los productores se abocaron a exportar. Históricamente se vendía afuera entre un 15 o un 20 por ciento de toda la producción, mientras que desde el 2002 y en lo que va de este año ese monto trepó al 40 y hasta el 50 por ciento.
Es decir que a la baja de la producción se agregan los altos porcentajes exportables, por lo que a simple vista no se vislumbra que a corto plazo se solucione el problema. Incluso el gobierno cordobés tuvo un problema similar al de Rosario hace dos meses cuando fracasó la licitación de leche para distribuir en los planes sociales.
Según indicó Binner, la provincia también tiene dificultades para adquirir la leche. "Hemos hablado con el gobernador Carlos Reutemann y él está preocupado como nosotros", subrayó el jefe comunal.
Sin embargo, la secretaria provincial de Promoción Comunitaria, Adriana Cavuto, dijo a La Capital que "hasta ahora" no han tenido problemas. La funcionaria advirtió que la provincia tiene la potestad de hacer compras directas, lo que le permite agilizar los trámites.
Esa facultad no la tiene el municipio. Así lo explicó el secretario de Salud, Miguel Angel Cappiello, quien tiene bajo su responsabilidad la entrega mensual de 23 mil kilos de leche.
"Este problema también lo tuvo el Ministro de la Nación que tuvo varias licitaciones desiertas", señaló el funcionario. El dato no es menor, ya que la Nación debe entregar vía la administración provincial unos 20 mil kilos mensuales a Rosario y el resto lo compra la Municipalidad.
Pero Cappiello indicó que en lo que va del mes aún no se recibió nada. "Tuve que salir a pedir leche prestada", confió Cappiello al tiempo que advirtió que sólo tiene stock para distribuir este mes.
Mientras tanto, Cavuto afirmó que la semana pasada se adquirieron 274 mil kilos destinados a las ciudades de Santa Fe y Rosario. "Con esta compra se puede abastecer alrededor de dos meses, tanto para las cajas alimentarias como para los comedores", explicó la funcionaria.
Sistema solidario
Binner aprovechó además para criticar la actual política económica. Además de pedir controles a la exportación cargó las tintas en contra del neoliberalismo. "Este es el sistema que tenemos; en vez de una economía de mercado, tenemos una sociedad de mercado. Mientras no cambiemos este sistema por uno solidario, los sectores con menos recursos sufrirán las desigualdades", aseveró.
Más aún, el jefe comunal aseguró que el municipio no tiene ningún resorte para revertir la situación. "No tenemos mecanismos para defendernos, si los proveedores no se presentan a las licitaciones no podemos adquirir la leche, vamos salvando la situación con pequeñas compras directas pero no sé cómo se va a continuar", se lamentó Binner.
"Este sistema lo único que hace es concentrar riqueza y difundir miseria. Lo mismo pasó hace unos meses con el trigo cuando las panaderías argentinas no tenían harina para hacer el pan que es un producto básico", remató el intendente.
La Ciudad
