El cardenal alemán Joseph Ratzinger, conocido como el "gran inquisidor" se jubilará este mes. Otro que seguirá el mismo camino será el español Eduardo Martínez Sómalo, encargado de las instituciones religiosas, por lo que la curia romana se quedará sin dos figuras claves y cambiará la estructura jerárquica de la Santa Sede.
Designado en noviembre del año pasado decano del Sacro Colegio Cardenalicio, ubicándose como la segunda figura más importante de la Iglesia Católica, Ratzinger, que durante 21 años manejó los temas teológicos, es el único que tiene derecho a contactar en cualquier momento al jefe de la Iglesia. El religioso, que cumplirá 76 años el próximo 16 de abril, es desde 1981 prefecto de la congregación para la Doctrina de la Fe y desde el año pasado puede jubilarse tras cumplir la edad necesaria.
"Se está por cerrar la era de Ratzinger", escribió el diario romano Il Messaggero, al recordar el importante papel jugado por el cardenal alemán como responsable del ex Santo Oficio durante los casi 25 años de pontificado de Juan Pablo II.
Mano dura
Importante teólogo, de tendencia conservadora, autor de más de 70 ensayos, el cardenal alemán, arzobispo emérito de Munich (Alemania), dirigió con mano dura y firme todos los aspectos morales del pontificado, y en particular la criticada "tendencia revolucionaria" de la teología de la liberación en América latina.
Según fuentes del mismo diario, el candidato más probable a la sucesión de Ratzinger es el cardenal austríaco Christoph Schonborn, de 58 años, brillante teólogo dominicano, quien maneja el arzobispado de Viena. Schonborn fue uno de los siete religiosos que redactó el nuevo catecismo de la Iglesia Católica.
El otro cambio que se está examinando es el del cardenal español Martínez Sómalo, quien cumplió 76 años el 31 de marzo pasado, prefecto de la Congregación para los Religiosos y las Instituciones Seculares. El purpurado español es además el cardenal encargado de organizar el eventual cónclave, la asamblea de cardenales para la elección del Pontífice.
Junto con Ratzinger es también el encargado de solicitar al nuevo Papa, tras el cónclave, si acepta su elección. Entre sus posibles sucesores se barajan varios nombres, entre ellos el del actual obispo de Verona (norte de Italia), el monseñor italiano Roberto Carraro, sacerdote capuchino y el del arzobispo francés Jean Louis Tauran, actual ministro de Relaciones Exteriores de la Santa Sede, quien después de once años en esa cartera sería designado cardenal.
Otro purpurado que será probablemente remplazado es el argentino Jorge Mejía, encargado de la Biblioteca y el Archivo vaticano, quien cumplió 80 años el 31 de enero pasado. (AFP)