| | La odisea de un hombre por un olvido policial Hace un año lo declararon inocente por el crimen de un agente, pero la Unidad Regional I no lo tuvo en cuenta
| Una confusión hizo que lo involucraran en el crimen de un policía. Y aunque se probó su inocencia, aquella simple sospecha se convirtió en un karma para José Maximiliano Salinas. Desde entonces recorre un camino que parece no tener retorno y sufre una detención tras otra. El sábado pasado lo apresaron en la ciudad de Santa Fe acusado una vez más por ese asesinato. Hace más de un año que el pedido de captura a su nombre fue levantado por la Justicia, pero la Unidad Regional I había olvidado darlo de baja. Por la omisión de ese trámite burocrático estuvo tres días tras las rejas hasta que la policía fue informada del error. A Salinas, de 24 años, le dicen Tuerto. Igual que a Carlos Capansi, el joven que finalmente resultó detenido por asesinar al agente Alexis Salguero en el rescate de un preso internado en el Hospital Carrasco. Eso ocurrió el 7 de julio de 2001 cuando dos hombres y una mujer entraron al centro asistencial y caminaron hasta la sala donde estaba internado el interno Juan Gómez, acompañado por su hermana y vigilado por el policía. Los visitantes gatillaron en la cabeza del policía una Browning 9 milímetros, liberaron al enfermo y escaparon. Por el hecho Capansi fue procesado y ahora es sometido a juicio en el Juzgado de Sentencia Nº 6 junto a otros imputados. Por el enredo de apodos y la similitud de rasgos físicos el nombre de Salinas llegó a tener una mención en el expediente, pero apenas se advirtió el error fue desvinculado de la causa sin llegar a estar imputado. Eso no impidió que Salinas quedara marcado por un estigma: "A donde va lo pasa mal. Es que del crimen de un policía no se vuelve. Tiene como una cruz encima", insiste un allegado a Salinas, conocedor de la pesadilla que padece a causa de aquel hecho. Una reconocida fuente judicial confirmó que no es la primera vez que Salinas sufre una detención arbitraria con motivo del crimen de Salguero. Esta vez fue apresado en la zona céntrica de la ciudad de Santa Fe acusado de ser "uno de los autores" del asesinato. Lo arrestaron la noche del viernes 28 de marzo por averiguación de antecedentes y lo dejaron detenido a causa de un pedido de captura que, en realidad, había caducado hace tiempo. Estuvo encerrado todo el fin de semana largo hasta que la jueza Raquel Cosgaya certificó en un oficio, enviado por fax, que Salinas era ajeno al caso. Y que sobre sus espaldas no pesaba captura alguna. "La Justicia dejó en claro que no tiene nada que ver, pero cada vez que es detenido y surge esa captura sufre apremios psicológicos. Ha tenido muchos problemas a causa de esto y tememos por su integridad física", afirman sus abogados, Adrián Ruiz y José Ferrara. En otra oportunidad, Salinas fue detenido por un supuesto reconocimiento fotográfico. Pero al participar en Tribunales de un señalamiento en rueda de personas, la propia víctima dijo que no era el sospechoso que había reconocido en un álbum policial. Su foto, aseguran fuentes del caso, recorrió varias seccionales y hasta hace poco tiempo seguía en exhibición en comisarías de Cañada Rosquín y San José de la Esquina. Salinas estuvo preso en Casilda por el robo de un banco y recientemente recuperó la libertad por falta de mérito. Tras la amarga experiencia del último fin de semana, cada vez que decide salir a la calle chequea sus bolsillos: no sale sin llevar encima una copia del dictamen judicial que niega su relación con el crimen de Salguero. M.L.C.
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