| | Guerra en el Golfo. El partido opositor no halla su perfil ante el conflicto Los demócratas, a la defensiva y en silencio
| Washington. - Los líderes de la oposición demócrata en el Congreso como la mayor parte de los aspirantes del partido a la carrera presidencial de 2004, permanecen la gran mayoría silenciosa sobre la guerra en Irak, mientras los éxitos parecen ser capitalizados por el presidente George W. Bush y los republicanos. Este mutismo, sólo quebrado por las declaraciones de apoyo a las tropas, se relaciona con las encuestas, que muestran un fuerte apoyo de los estadounidenses a la intervención militar y ello incluye a los electores demócratas. Según una encuesta de la NBC News de fines de marzo, cerca de dos tercios de los electores demócratas se dicen confiados de la eficacia del recurso a la fuerza para hacer caer al régimen de Saddam Hussein. Además prefieren no criticar al presidente, jefe supremo de las fuerzas armadas, en un momento en que el país está en guerra. El jefe de las filas de la minoría demócrata en el Senado, Tom Daschle, desató la ira de la Casa Blanca y de los dirigentes republicanos en el Congreso al declarar poco antes del comienzo de las hostilidades que Bush había "lamentablemente fracasado", en el frente diplomático. "Permanecer en silencio es la única cosa que los demócratas pueden hacer", estimó Patrick Basham, un politólogo del instituto Cato, un centro privado de investigación de Washington. Basham recordó que la mayoría de los senadores demócratas, entre ellos Tom Daschle, votaron en octubre junto a los republicanos una resolución que le otorgó al presidente Bush una amplia autoridad para recurrir a la fuerza en Irak, con independencia de las Naciones Unidas incluso. Los candidatos del partido demócrata se enfrentan a un dilema con vistas a las elecciones de noviembre de 2004. Para lograr imponerse deberán seducir a una franja del electorado que está contra la guerra y mantener a la vez su credibilidad de presidente potencial frente a la mayoría moderada y de centro de los electores demócratas, explicó Basham. "Es así que la mayor parte de los nuevos candidatos demócratas, sobre todo los más importantes, como los senadores Joe Lieberman, John Edwards y John Kerry, evitan decir cosas que puedan desagradar a uno o a otro grupo de sus electorados potenciales", explica Bashan quien considera "difícil" este escenario. El progresista Howard Dean es uno de los pocos candidatos que atacaron abiertamente al presidente Bush sobre el tema Irak. También criticó al senador demócrata John Kerry, un héroe de Vietnam que votó sin embargo la resolución que le otorga una carta blanca al presidente Bush para lanzar la guerra. (AFP)
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