Ricardo López Murphy enfrenta el último tramo de la campaña electoral sin darle margen al relax. Tratando de suplantar las deficiencias de estructura de una fuerza nueva como la que encabeza (Recrear Argentina), el candidato recorre ciudades y provincias como aquellos viajantes de comercio que radiografiaba Arthur Miller, esos que sabían cuándo se iban de su casa pero no cuándo volvían.
"Se dice que usted es un buen nadador, ahora deberá demostrar que también es un buen fondista", le dice La Capital. El ex ministro de la Alianza expande la carcajada y muestra que se tiene fe: "Quédese tranquilo, siempre resisto los tramos finales".
En una extensa entrevista con este diario, López Murphy le apunta directamente a Carlos Menem y al resto de sus contrincantes, y dispara fuego a discreción contra el discurso populista: "No tuve ningún desvío muchachista en esta campaña, por eso la gente me cree".
-Todas las encuestas coinciden en que usted está creciendo "a paso redoblado", como dijo alguna vez.
-Sí, lo estoy palpando en la calle. La sociedad está reconociendo la coherencia, la consistencia, la firmeza que hemos tenido. Y no es que me estén reconociendo por hacer promesas demagógicas: no se me escapó ni una. No tuve ningún desvío "muchachista". La única cosa a la que me comprometí, y es un esfuerzo grande, es a generalizar la educación primaria y secundaria para todos los chicos del país. Me comprometo a que ninguno de nuestros pibes dejen de ir al jardín de infantes y a que tengan un plan materno infantil. Esas fueron las únicas cosas que enfaticé y que me parecen claves.
-Se observa que su figura aumenta en los centros urbanos pero cae en las provincias más relegadas. Dicen los analistas que por eso no podrá superar al justicialismo.
-Crecimos en los lugares más desarrollados, modernos y educados del país. Vamos a hacer una excelente elección en Mendoza, en las provincias del Alto Valle, en la Capital Federal, en Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Misiones. El otro punto, es cierto: durante mucho tiempo tuvimos que hacer campaña cuerpo a cuerpo, no pudimos usar la publicidad, y eso nos limitó en la llegada a las localidades más pequeñas, y donde no hay tanto acceso a los programas periodísticos, a los debates, a las entrevistas en los medios gráficos, radiales y televisivos. Eso nos debilitó.
-Carrió y Rodríguez Saá están alertando sobre un posible fraude, y la candidata del ARI tiene problemas con la fiscalización. ¿Cuál es su posición?
-Espero que el conjunto de los ciudadanos sea consciente de la importancia que estos comicios tienen para reconstruir nuestra vida institucional, y yo creo que cuanto más hagamos para asegurar la transparencia del proceso mejor va a ser. Aprovecho esta entrevista con un medio tan prestigioso como La Capital para formular un gran llamado a todos los ciudadanos y ciudadanas para que concurran a nuestros locales, en toda la geografía del país, y presten su concurso como fiscales. Y si no quieren hacerlo con nosotros, que participen como autoridades de mesa. Es vital asegurar la transparencia de los comicios para represtigiar nuestras instituciones.
-Menem habló de usted hace pocos días como potencial jefe de Gabinete, pero el miércoles lo hizo parte del fracaso de la Alianza.
-Ya se está asustando... Me ataca porque ya no me puede ningunear como hacía antes, cuando decía que yo estaba para ser funcionario suyo y no para presidir la Argentina. Es una buena noticia que sepa que estoy para competir con él mano a mano.
-Pero hay un sector de clase media alta que votará a Menem porque cree, finalmente, que usted está más cerca de él que de Kirchner.
-El ex presidente Menem sabe que eso no es cierto. Hago un compromiso público de que yo no seré funcionario de ningún otro gobierno que no sea el mío. Los argentinos deben saber que, en el acierto o en el error, yo soy una persona de bien y un hombre de palabra.
-Se está dando un corrimiento de votos hacia usted que, originariamente, iban para Carrió. Es extraño, porque a Lilita se la vincula con la centroizquierda y a usted con la centroderecha.
-El énfasis que pusimos en la cuestión institucional, tanto la doctora Carrió como yo, hace que se genere un canal de transmisión, y se está viendo una mayor contundencia y consistencia en la coalición que me sustenta. El mérito de esto no es mío, es de la gente que, a lo largo y a lo ancho de la patria, hace un enorme esfuerzo para que salgamos adelante.
-Según dicen, usted es un gran nadador: se viene la recta final de la campaña, ¿también es un fondista?
-Sí, resisto bien los tramos finales.
-¿Y con quién se ve compitiendo en las últimas brazadas? ¿Le teme a alguna campaña sucia?
-No. Ni voy a ser agresivo ni voy a esperar que alguien me venga a cuidar, me cuido solo. Supongo que si el ex presidente comenzó a descargar munición sobre mí es que está teniendo muchas complicaciones. Más adelante, Menem se va a tener que preocupar de mí mucho más que ahora.
-¿La presencia de Bernardo Neustadt en su acto del Luna Park fue un salvavidas de plomo?
-No... Tengo una relación muy antigua con Neustadt, que es conocida. Me parece muy bien que demuestre su apoyo. No oculto mi vida, ni a mis amigos, ni mi historia.
-¿Su encuentro con el presidente socialista Ricardo Lagos le sirve para desdibujar la mácula de "derechista" que le endilgan?
-Eso es una tontería. Están intentando vincularme con la derecha, pero esa táctica no les está dando resultado, de lo contrario no estarían tan preocupados. Si mis rivales me pudiesen ubicar en un nicho, hace rato que me hubieran liquidado. Pero soy duro de matar.
M.M.
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La Ciudad
