Las vidas del pintor francés Paul Gauguin y su abuela Flora Tristán, presentadas en un esquema narrativo que subraya las diferencias entre ambos, componen el eje central de la nueva novela del escritor peruano Mario Vargas Llosa, "El paraíso está en la otra esquina", que presentará en Buenos Aires durante la próxima Feria del Libro. Tanto le fascinó la personalidad y el talante rebelde de Flora Tristán a Vargas Llosa que hace un par de años comenzó a documentarse sobre su vida y la de su nieto, al que nunca llegó a conocer, pero con el que tenía fuertes vínculos: una terquedad y una voluntad a prueba de balas y la búsqueda de un paraíso que ella veía en una sociedad más justa y que para el impresionista francés no tenía nada de ese altruismo. "¿Qué pasó en Arles, cuando Van Gogh se cortó la oreja? Gauguin estaba allí. Nunca se ha sabido qué ocurrió exactamente. Su vida, como la de Flora, está llena de sombras. Entre los dos ocupan el siglo XIX, el siglo extraordinario de las grandes utopías, de las grandes ideologías, de las grandes ambiciones" aseguró Vargas Llosa en una entrevista reciente. "Es el siglo de Balzac y de Dickens. Un siglo en el que se soñó que se podía crear un mundo mejor. Se equivocaron, porque no se puede traer el paraíso a la tierra, pero en sus sueños, con sus ideas, avanzaron mucho", señaló el autor de "La fiesta del chivo". La novela, que ya se encuentra en las librerías de la mayor parte de los países de América Latina y de España, forma parte de una apuesta de la editorial Alfaguara, no sólo por la edición inicial de 310.000 ejemplares, sino porque sale acompañada de un libro de fotografías de su hija Morgana Vargas Llosa y de un film que documenta los pasos dados por el escritor en su investigación previa para realizar la obra. "Es una novela sobre las utopías, sobre el sueño de la sociedad perfecta, un sueño que estuvo muy vigente en el siglo XIX, cuando hubo multitud de utopías sociales y artísticas. Y Flora Tristán encarnó en lo social esa vocación utópica de su siglo y Gauguin lo hizo en otra vertiente", aseguró Vargas Llosa. "El ansiaba un mundo de belleza que creyó que se encontraba en las culturas primitivas y exóticas, y se fue a Oceanía. Ninguno de los dos encontró el paraíso, pero encontraron en la búsqueda unas vidas maravillosas y unos logros extraordinarios", explicó. En "El paraíso en la otra esquina", los capítulos dedicados a Gauguin se centran en cuadros que pintó el artista en Tahití y las Islas Marquesas: Vargas Llosa traza los paralelos entre los que considera una mujer justiciera que soñó con la igualdad entre hombres y mujeres y un pintor sin utopías sociales, pero que intentó encontrar un paraíso de belleza en la Tierra.
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