Ahora que las pulsaciones retomaron su ritmo normal y se impone un análisis más frío del partido, Central Córdoba le debe haber bajado los decibeles a la loca alegría desatada ayer en Gregorio de Laferrere. Porque los festejos duraderos, esos que invitan a prolongarse aún con el paso de los días, se disparan después de triunfos convincentes, de actuaciones que despiertan el elogio propio y la envidia ajena. Las victorias desteñidas y sin el más mínimo brillo, en cambio, se disfrutan de manera pasajera, casi visceral, algo así como un brote emocional con cierta descarga de bronca por todo lo que costó obtener los tres puntos.
Es de suponer que algo de esto último les ocurrió a los charrúas después del celebrado 1 a 0 sobre Deportivo Laferrere, hasta ayer uno de los tres líderes de la Zona C. Primero el disfrute, el lógico disfrute después de cumplir con el objetivo primario de ganar, con ese grupo de veinte hinchas que le hicieron el aguante. Y después la reflexión, necesaria para caer en la conclusión de que se trató de una excursión fructífera en lo numérico pero con poco para rescatar desde el punto de vista futbolístico.
Una mirada optimista podría decir que Central Córdoba ganó sin discusiones en una cancha complicada y ante un equipo que llegaba primero en la zona. O que su victoria casi no corrió riesgos porque Laferrere le generó dificultades serias en apenas dos jugadas: un mano a mano que el interminable Fabián Cancelarich le tapó a Segovia cuando estaban 0 a 0 y una entrada franca desperdiciada por Diego Fernández con el resultado a favor de los charrúas.
Pero si la evaluación se torna más rigurosa y exigente -el camino más apropiado para evitar confusiones-, el concepto varía. Y entonces podría apuntarse que el equipo de Oscar Santángelo ganó porque acertó en la única chance clara que dispuso (centro pasado de José Cárdenas y buena definición de Luciano Reboledo). O que después del gol se preocupó casi exclusivamente por conservar la ventaja y dejó librados sus intentos ofensivos a lo que pudiera inventar el goleador Cristián Calabrese, inteligente tanto para aguantar siempre la pelota, como para generar córners y tiros libres.
Ante un rival limitado, al conjunto azul de barrio Tablada le faltó determinación para intentar resolver el partido con la autoridad de quien se siente superior a su adversario. Eligió esperar a Deportivo Laferrere en su campo de juego y ponerle candado a las puertas que conducían hacia el veterano Fabián Cancelarich. Esta vez, esa apuesta conformista le salió más que bien. Pero en el fondo le dejó sabor a poco, más allá del entendible desahogo del final.
Síntesis
Laferrere 0: Eyheramonho 5; Nieva 5, Cafferata 5, Damiano 5 y Molina 4 (64' Rearte 5); Cáceres 5, Blanco 5, Segovia 4 y Rubino 5; Zaccardo 4 (74' Gallo) y Fernández 4 (55' Ledesma 5). DT: M. Ruffini.
C. Córdoba 1: Cancelarich 6; Vella 5, Melli 5, Oliva 5 y Aira 5; Reboledo 6, Ferri 5 y Cárdenas 5; Petrovelli 4 (69' Brandán); Guffanti 4 (75' Santos) y Calabrese 6 (89' Quintana). DT: O. Santángelo.
Cancha: Laferrere.
Arbitro: Javier Ruiz (6).
Gol: 36' Reboledo (CC).
Expulsados: No hubo.