cartas

Pensamientos sobre la guerra

El tema de la guerra de Irak ocupa la atención del mundo. Los diarios, la radio y la televisión nos muestran esta realidad a cada momento del día. Soy un simple lector y escucha de la prensa. Trato de orientarme en el discernimiento de esta realidad con el sentido común que tienen todos los mortales en mayor o menor medida, para ver y juzgar las cosas como son. Fijando la atención sobre la potencia agresora -que en este momento histórico es la más poderosa del mundo- y para sorpresa de muchos, la Nación que uno consideraba como ejemplo "líder" de la democracia ha cambiado de cara mostrando al mundo un perfil desconocido. Esta realidad pública y manifiesta provoca un recelo temeroso, porque se trata nada más y nada menos que de una potencia con un poderío militar tal de fuego y destrucción con capacidad como para destruir a cualquier nación que se opusiese a sus intereses. Ahora este país de primera magnitud ha lanzado todo su poderío militar sobre una nación pequeña, lejana de su frontera, que no le representa peligro alguno. Su peligrosidad es sólo un pretexto para justificar la agresión. Su propósito confesado y a ojos vistas manifiesto es el de ocupar territorialmente a ese país para hacer el gran negocio de la explotación de sus riquezas petroleras. Grave delito de robo calificado que la ley condena calificando a sus autores por lo que son: delincuentes. Esto es así y lo demuestra el hecho que para cumplir este plan no se ha vacilado en pisotear las leyes internacionales y todo legítimo orden existente. El único derecho que el agresor puede mostrar -de uso habitual en su política- es el derecho de las bestias o sea el derecho del más fuerte, que lo utiliza a menudo para presionar y obtener adhesiones a su política, comportándose así como dueño y señor de las naciones. Lo cierto es que el mundo azorado empieza a descubrir el gran poder oculto que anima a esta potencia agresora porque ningún pueblo quiere la guerra.
DNI 14.120.230