La aspiración de llegar a una cosecha de 100 millones de toneladas obliga a pensar una agenda de obras de infraestructura y logística que la contenga. Así, entre los empresarios, dirigentes y funcionarios políticos de la región gana consenso la idea de impulsar una ofensiva en torno de una serie de proyectos pendientes, conformando una suerte de lobby similar al que en la década de los 90 logró concretar el dragado del río Paraná a 32 pies y presionar por la finalización del puente Rosario-Victoria. El viernes por la mañana el presidente Eduardo Duhalde anunció un plan de obras públicas y, en ese marco, recibió proyectos de distintas entidades privadas. Entre ellos el plan circunvalar que impulsa la Bolsa de Comercio de Rosario para descongestionar el transporte de carga a través de un corredor ferrovial paralelo a la A012. En la nueva agenda de la infraestructura figuran iniciativas que entroncan con reclamos de vieja data. Llevar la profundidad del río a 40 pies, dragar la hidrovía de Santa Fe al norte, terminar la autopista a Córdoba, impulsar un corredor vial Córdoba-Santa Fe, concretar el anillo circunvalar y realizar las obras necesarias para solucionar el problema de las inundaciones, entre otros. Durante el acto de remate del primer lote de soja arribado a la plaza local, que se realizó el jueves en la Bolsa de Comercio, el titular de esa entidad, Federico Boglione, pidió que ese plan de infraestructura se considere como política de Estado, con el fin de evitar un "colapso en la movilización de cosechas". Cuando la recolección de la gruesa recién se inicia, los habituales problemas de congestionamiento volvieron a aparecer. Estudios privados indican que proyectando una cosecha de 100 millones de toneladas dentro de 10 años, se puede calcular que habrá picos de movilización de 45 mil camiones en momentos picos. Esas proyecciones permiten inferir un verdadero caos en la medida en que no se acompañe ese crecimiento con inversión pública y privada en rutas, accesos, almacenaje y logística. El tema también es abordado en un completo trabajo sobre la potencialidad de Santa Fe como fábrica de alimentos que realizó la fundación Fundar 2000, que conduce el ex presidente de la Federación Agraria, René Bonetto (ver página 6). Para Bonetto, el desarrollo de obras de infraestructura que acompañen el crecimiento de la producción puede ser "un verdadero problema en el futuro" o una "verdadera oportunidad, si se lo aborda rápidamente". Enfatizó que una política de Estado que elabore un plan a realizar por el sector público y el privado no sólo tendrá beneficios en cuanto a evitar el colapso en picos de cosecha sino que además es movilizador de inversiones y mano de obra. Pero en el acto realizado en la Bolsa saltó la otra cara de la moneda: cómo financiar esos proyectos de infraestructura. Para el gobernador Carlos Reutemann la solución pasa por equilibrar lo que la economía provincial aporta al fisco nacional vía, por ejemplo, retenciones, con lo que devuelve el Estado central a través de la asignación del gasto. "Mientras un kilómetro de ruta pasó a costar de 200 mil a 600 mil pesos, los recursos que llegan son los mismos", se quejó. En ese marco, el gobernador ubicó su reclamo de cobrar "regalías agrícolas" al Estado nacional. Para Boglione, "el Estado nacional muestra una persistencia por recaudar y los recursos que salen de la economía de la región sólo vuelven en cuentagotas".
| Muniagurria, Reutemann y Boglione en la Bolsa rosarina. (Foto: José Granata) | | Ampliar Foto | | |
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