José Luis Cavazza / La Capital
Un par de colegialas ricas, una banda de secuestradores del bajo mundo y dos policías que tienen la intención de contar una historia en medio de secuencias de sexo explícito. Nada nuevo; se sabe que el cine hardcore o, sin eufemismo, porno, roza los cien años de edad en Argentina. Algunos aseguran que el primer filme pornográfico nativo data de 1907, que se llamó "El sartorio" y que lo hizo un estanciero en las cercanías de Rosario. Lo que sí es novedad es que la señal codificada y condicionada de cable Venus pondrá en el aire esta medianoche y por primera vez en la historia de la TV un estreno nacional del género, "Secuestro exxxpres", dirigida por el casi único realizador de películas pornográficas argentinas, Víctor Maytland, y protagonizado por Sabrina Jiménez, Julieta Caviglia y Mónica Hole. Maytland habló largamente con La Capital sobre el empobrecimiento del circuito de las películas porno, las claves del género y de cómo llegó a convertirse en el referente máximo de este tipo de cine, entre otros temas. -Desde los 90, prácticamente sos el único realizador de cine porno argentino, ¿por qué? -Soy el único que tuvo continuidad, porque le tomé la mano a la parte comercial, la cual es muy difícil. Conozco todos los vericuetos de cómo vender una película. Aprendí a coproducir con gente que confía en mí. -¿Es un circuito marginal? -Yo diría muy empobrecido por diversas causas, entre ellas la censura que hay en Capital y Gran Buenos Aires donde las películas pornográficas no se pueden vender en los quioscos y videotecas. Al menos, legalmente está prohibido. -¿Cómo llegaste a ser un director de cine pornográfico? -Me recibí de director y mis primeras películas fueron porno humorísticas, una veta que no estaba explotada. En realidad eran más cómicas que porno, como por ejemplo "Las tortugas pinjas", "Los pinjapiedras" y "Los Porno Sinson", que hicieron historia porque era un género nuevo. Eran cuasi ridículas, pero me fue muy bien. Después, el género me atrapó... -Sentís placer al hacer este tipo de cine? -Me gusta mucho el proceso previo, es decir trabajar y terminar el filme y todo lo que tiene que ver con la posproducción. Creo que a todo director le apasiona eso, más allá del género. En lo mío trato de hacer lo mejor, y descubrí que la gente que trabaja en esto, actores y técnicos, son similares a los que laburan en cualquier película. Es puro mito eso que dicen de que el set de filmación de una película porno es un criadero de drogadictos y degenerados. -¿Cuáles fueron tus referentes? -En realidad me nutro poco de cine porno y no soy un tipo que está atrás de lo que hacen otros directores. Me gusta el cine que hacen Pablo Trapero y Adrián Caetano. -¿Qué debe tener una película para ser una muy buena expresión del cine condicionado? -Muchas y variadas secuencias, que no aburran y que no sean demasiadas largas. Para mí cada secuencia de sexo explícito no debe superar los ocho minutos. Antes duraban media hora y terminaban aburriendo. -¿Quienes consumen cine porno en Argentina? -Clase media y media baja. La clase alta se refugió muchos en los canales de cable codificados. Por eso mis películas tienen que ver con el gusto de las clases media y media baja. No puedo satisfacer a las clases altas, porque buscan rubias espectaculares, castillos y Rolls Royce. -¿Sigue siendo un tabú el cine hardcore? -Creo que se lo toma en joda, pero es tan duro hacer un filme porno como cualquier otro. También es cierto que la mayoría cuando va a un videoclub le cuesta pedir en voz alta "dame «Orgasmo anal 2»". Y si alguien se anima a pedirlo así el resto lo mira como diciendo "¡mirá qué degenerado!". Es típico de este país, que todo lo que provoca placer es cosa de degenerados. -¿Existe el cine snuff (filmes con violencia sexual y asesinatos reales)? -Hay 20 mil cosas que se han dicho que tienen que ver con el asesinato pero no con el cine porno. Quiero decir que en caso que exista no es cine sino el aditamento de un asesino. Es detestable, pero puede existir como una producción casera de un pervertido que lo hace para consumo propio. -¿Te atrae como director la violencia sexual? -La violencia real no. Hay un atractivo en todos nosotros por la violencia..., esa morbosidad de jugar a las ataduras, pero hay que saberlo medir y no lastimar al otro. En mis películas sólo permito jugar a que... , jamás hice una escena donde a un actor le dolió algo, o escenas con menores o con animales. Son cosas que detesto más que el común denominador de la gente. -¿Disminuyó el número de salas para cine condicionado en Argentina? -Disminuyó porque son tugurios marginales en vez de salas de cine. Van a tener sexo en las butacas y no a ver la película. Además no hay ningún tipo de reglamentación. El circuito por ahora es el videoclub específico, la venta directa en VHS, algo de cine. El futuro será el DVD. Por ejemplo, "Secuestro exxxpres" va a salir en DVD en un par de meses. -¿Víctor Maytland es un seudónimo? -Sí, me lo puso mi mujer. Era el nombre de un traficante de arte erótico asesinado por su esposa en una novela policial (risas). Pero ahora está todo bien, ya se acostumbró. Es más cuando estoy haciendo una película quien más la disfruta es ella, sobre todo cuando vuelvo a casa.
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