Audaz golpe de tres maleantes en el centenario colegio de Mendoza al 1900

A punta de pistola y en pleno mediodía roban 7 mil pesos del Sagrado Corazón

Ocurrió a la hora en que centenares de chicos entraban y salían de la escuela. Fueron directo a la tesorería

Eduardo Caniglia / La Capital

Faltaban quince minutos para la 1 de la tarde. Los alumnos del Colegio Sagrado Corazón que ya habían cumplido con la jornada escolar salían del establecimiento educativo y sólo quedaban en el interior aquellos que debían asistir a cursos de contraturno. Sin despertar sospechas, tres hombres llamaron al portero eléctrico. La portera les franqueó el paso y caminaron con paso seguro a la tesorería, ubicada a pocos metros de la recepción. En sólo tres minutos y a punta de pistola, los desconocidos se alzaron con 7 mil pesos de la recaudación y se esfumaron por la misma puerta por donde habían entrado.
El Colegio Sagrado Corazón está situado en Mendoza 1951 y ocupa casi una manzana. En el centenario establecimiento se dictan los niveles de educación general básica y polimodal. También funciona un jardín de infantes. Y es el primer robo a mano armada que sufrió la escuela en sus "años de historia", se lamentó el representante legal de la institución, Gustavo Dimónaco.
Según comentó el profesional, ya estaba a punto de finalizar la actividad escolar cuando los tres hombres subieron por la escalinata que se levanta frente de la escuela. Tras llamar al timbre la portera les abrió el portón que preside la edificación. A nadie le llamó la atención su presencia porque creyeron que eran padres que llegaban a retirar a alguno de los alumnos.
Los intrusos no preguntaron nada y caminaron sin vacilar los dos metros que los separaban de la tesorería, ubicada a la izquierda del ingreso y enfrente de la recepción. "Me parece que conocían la distribución de las oficinas y los movimientos de la escuela", confió un allegado al Sagrado Corazón.
Por entonces, los siete empleados administrativos del establecimiento trabajaban normalmente cuando la puerta se abrió. Apenas levantaron la vista, se sorprendieron al ver que tres armas los estaban apuntando. Un segundo después, la orden resonó en el local. "Todos al suelo", gritó uno de los maleantes.
Y entonces a los trabajadores ya no le quedaron dudas de que estaban frente a un atraco. Con rapidez, uno de los asaltantes caminó hacia donde estaba la tesorera. El ladrón le exigió que le indicara dónde estaba el dinero. Y en contados segundos, el ladrón metió su mano en un cajón del escritorio y recogió los 7 mil pesos entre efectivo, lecops y cheques.
Era la recaudación de la institución educativa y correspondía a los aranceles que deben abonar los alumnos todos los meses. Los empleados no tuvieron tiempo de reaccionar y todavía estaban azorados por el audaz atraco cuando ya los ladrones tenían la plata en su poder.
Ya habían transcurrido tres escasos minutos y los delincuentes atravesaban la puerta caminando con tranquilidad hacia la calle. Bajaron la escalera y desaparecieron con rumbo desconocido. A pesar de ello, la entrada y la salida de los alumnos no se detenía. Algunos chicos se despedían en la puerta y otros regresaban a los diferentes talleres que se dictan a la tarde sin saber que unos segundos antes, tres intrusos, a cara descubierta, y con movimientos precisos, se habían llevado la recaudación.
Ayer a la tarde, Dimónaco parecía sorprendido por el atraco porque "desde la fundación del colegio, que se remonta a cien años atrás" nunca se había producido un asalto a mano armada. Aunque la historia del Sagrado Corazón registra algunos pequeños robos cometidos con la modalidad escruche. "Durante la madrugada de algunos fines de semana se metieron algunos rateritos por el patio", contó el representante legal de la escuela.
Dimónaco explicó que hasta anoche el atraco no había sido denunciado en la comisaría 2ª, aunque concurrieron efectivos del Comando Radioeléctrico convocados por las autoridades del establecimiento. "La policía está actuando de oficio", explicó el profesional.