| | cartas Borges y Barrionuevo
| La absolución de Barrionuevo por sus pares justicialistas en el Senado denota la vigencia de la célebre frase del ilustre escritor Borges: "Los peronistas no son ni buenos ni malos sino incorregibles". Y también el acierto de la tercera ley de Murphy: "¿En qué se parecen Menem, Rodríguez Saá y Kirchner?: En todo". Es que la impunidad de Barrionuevo por sus desmanes antidemocráticos en Catamarca, por la protección de sus correligionarios, no es de extrañar, dado que el peronismo es un movimiento desde su origen intrínsecamente autoritario y transgresor de las reglas de la cultura cívica. Recordemos de su primera época los slogans "haga patria, mate un estudiante", "libros sí alpargatas no" y una frase de su líder y fundador: "Al enemigo ni justicia". Los que creíamos que había evolucionado positivamente vemos que no es así, lo cual es lógico porque quienes no reniegan de dichos funestos antecedentes y adhieren a su autor o inspirador no pueden ser genuinamente demócratas. En concordancia los tres candidatos presidenciales justicialistas como gobernantes han incurrido en los mismos abusos de poder: haber sido reelectos -reformas constitucionales mediante- para perpetuarse en el poder. Haber modificado las respectivas cortes supremas y otras mañas para tener una Justicia adicta y no independiente, etcétera. En conclusión, mientras no desaparezcan de la vida política argentina el peronismo y el radicalismo, los dos partidos que han gobernado o cogobernado el país desde 1983 y lo han precipitado en la peor crisis de su historia acentuando la decadencia comenzada en 1943, nuestra patria no se recuperará y seguiremos pobres en lo material y espiritual. Hay que dar la oportunidad de gobernar o cogobernar a nuevos partidos. DNI 6.033.754
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