Carlos Roberto Moran / La Capital
Santa Fe. - En su primera conferencia de prensa formal, el flamante arzobispo José María Arancedo pidió prudencia con el caso que involucra a su antecesor Edgardo Storni en presuntos abusos sexuales, aunque aclaró que en no se propone interferir en la marcha de la Justicia. Asimismo, manifestó que no es conveniente estimular el juego y desalentó la privatización de los casinos en la provincia. El prelado recibió ayer al periodismo como una muestra de su política de puertas abiertas opuesta a la desarrollada durante 16 años por Storni, quien -reacio a las entrevistas- nunca dio conferencias de prensa. Aunque reclamó "más responsabilidad" a los medios, Arancedo dijo que "no habrá listas negras". Sobre el funcionamiento de casinos en la provincia dijo que "si el tema se reduce solamente a un esquema comercial se está olvidando la dimensión antropológica que tiene el juego en la vida del hombre", y explicó: "Entiendo que (el tema) no debe ser únicamente tratado con operadores económicos, sino que también (reclamo que) haya una reflexión de filósofos, de antropólogos, de personas que viven en la sociedad. Hay que tener cuidado con su privatización. Todo el que privatiza algo va a buscar que su marca o su producto crezca. Creo que al juego no hay que alentarlo en su crecimiento". En otro orden, Arancedo manifestó que no habrá una caza de brujas para quienes acompañaron a Storni, de quien dijo no conocer demasiado: "Soy el padre de todos, incluso de quienes cometieron errores", afirmó para añadir: "Sé lo que pasó aquí y me duele que haya heridas en la Iglesia de Santa Fe. Sé que hay denuncias, me pareció prudente la renuncia que monseñor Storni presentó al Santo Padre, como un acto de libertad que él ha hecho ante una situación que se presentaba difícil en el terreno pastoral. Es un gesto noble, pero tengo que ser cuidadoso porque lanzar acusaciones así porque sí... puede haber errores, cosas que sufrió el padre (José) Guntern, cosas que la propia Iglesia ha sufrido, no lo dudo. Pero hay que tratar de superar esas heridas con la verdad y también con la caridad. Si hay cosas que corregir, habrá que hacerlo". Sobre su relación con el gobierno provincial, se pronunció por una autonomía entre la Iglesia y el Estado, aunque con zonas de cooperación: "La Iglesia no es un ministerio religioso de un Estado de turno y tiene la libertad de andar, ayudar. Eso es lo que he vivido siempre, es la doctrina de la Iglesia y es lo que expuse en mi primera homilía tomando los textos del Vaticano II", afirmó. En cuanto a su tarea pastoral en Santa Fe, consideró que sus ejes pasarán por la familia, la promoción humana y la cultura. Aclaró que son líneas de trabajo, entre las cuales incluyó la promoción social, pero anticipó que se propone "conversar con la gente de Santa Fe", para elaborar juntos un proyecto en común.
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