Pedro Squillaci / La Capital
A primera vista, el sueño terminó para David. Pero el representante rosarino, que acaba de ser eliminado de "Operación Triunfo", desborda de alegría. "Voy a seguir para adelante. El reality me sirvió para darme cuenta que nací para esto. Y ahora quiero más", le dijo ayer David Marín a La Capital desde los estudios de Telefé. -¿Cómo viviste el día después de la eliminación? -La eliminación la tomé con toda la onda, traté de tomarla lo mejor posible. -¿Esto constituye un punto de inflexión en tu carrera? -Sí, ahora se me abrió una puerta más grande, y está bárbaro porque voy a poder mostrar mis cosas. -¿Qué experiencia te queda a partir del programa? -Muchas; me han enseñado cosas de mí que desconocía. Te sentís de diez con vos mismo a partir de este aprendizaje. -¿En qué fallaste para que te nominaran dos veces seguidas? -Sinceramente, querés que te diga, no sé. Por ahí, más rendimiento. No sé lo que evalúa el jurado. Para mí, me faltó ejercitar más lo que me enseñaban, aplicarlo de lleno en la gala. -En el último programa, cuando cantaste "Angel" por segunda vez, fue tu mejor interpretación del ciclo. ¿Era porque te sacaste el peso de cantar para complacer al público y al jurado? -Sí, esas dos últimas veces que estaba nominado canté como si fuese la última vez y eso me ayudó un montón. -¿Qué va a ser lo primero que hagas cuando vengas a Rosario? -Cuando llegue me voy a comer una buena pizza en casa, porque acá con la comida horrible me estaban matando (risas). -¿Cómo era un día completo de ustedes? -Nos levantábamos a las 9, cuando sonaba el timbre, desayunábamos, después íbamos a clases de gimnasia, teatro o historia de la música. Tras el almuerzo teníamos expresión corporal, y después nos daban los temas que íbamos a cantar en la gala del domingo. Los coachs nos daban indicaciones de interpretación y canto; Rodolfo Valls nos enseñaba algo mas allá de la técnica, y nos hacía ver el peso de las palabras. -¿Qué podés contar de lo que no se veía en la televisión, por ejemplo, qué pasaba a la noche? -Uy...muchas cosas...cargadas, chistes, y fogones tocando la guitarra y cantando hasta tarde. Yo estaba medio en contra de eso porque costaba levantarse a la mañana, y quería rendir. Además, los profes se enojaban, y nosotros no somos nadie para decirles que estábamos cansados o que no teníamos ganas de dar clases. -¿Hubo algún momento que hiciste crisis, que pensaste en volver a tu casa porque no soportabas la presión? -No, para nada; extrañaba pero deseaba quedarme porque quería crecer como artista. En un momento me quebré porque no entendí la nominación mía. Pero creo que, después de ver los tapes, entendí que como me tocó a mí le pudo haber tocado a cualquiera. -Entonces, ¿tu eliminación tuvo que ver con el azar o lo tomaste como una injusticia? -Lo quiero ver como una cosa del azar, se trata de aceptarlo y darle para adelante. Tampoco quiero juzgar lo que el jurado ve porque no sé qué analizan en la gala, y me parece atrevido juzgarlos porque no tengo los conocimientos que ellos tienen. Lo acepto y punto. Y si a la gente le gustó, creo que la opinión de la gente es la que vale. -¿Qué vas a extrañar del programa? -La comida ni ahí, pero los profes a full, y especialmente Rodolfo, Mecha, bah, todos eran muy grosos. Y Goldín, que era como un amigo más en la casa. -¿En el mes que estuviste adentro no leíste, ni escuchaste radio, ni viste televisión? -No, no llegaba nada de nada. Es otro mundo, es terrible, pero estoy contento igual. -¿Tu futuro está para siempre arriba de un escenario o vas a complementar esto con otra actividad? -Pienso dedicarme a esto, ahora que probé quiero más. Cada vez me siento más seguro y siento que nací para cantar.
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