Paraná.- Un conocido narcotraficante entrerriano, considerado por la policía provincial como un delincuente altamente peligroso, logró burlar a sus custodios penitenciarios y fugarse mientras era atendido por un odontólogo.
Julio Godoy, que cumplía una condena de 12 años de prisión por el delito de tráfico de estupefacientes, se escabulló de una de las salas de odontología del hospital San Martín, de Paraná, al que había sido llevado por las autoridades penitenciarias poco antes del mediodía de ayer. "En el motín del 2001, los consultorios odontológicos de la Unidad Penal Nº 1 fueron destruidos y, desde ese día, los internos son llevados a ese hospital", explicó Javier Aragón, periodista del diario Uno de Paraná.
Ayer a la tarde, una fuente del Servicio Penitenciario deslizó sus sospechas acerca del episodio. Al parecer Godoy habría escapado con "la complicidad de sus dos custodios". Y habría retribuido el favor entregando una suma de dinero a los guardiacárceles.
Por el escape, el alcaide mayor José Luis Mondragón, a cargo de la Unidad Penal Nº1, de donde se fugó Godoy, ordenó un sumario interno para "deslindar la responsabilidad" de los agentes afectados a la custodia del preso.
Godoy fue detenido el 14 de febrero de 2001, cuando intentaba ingresar a la capital entrerriana con 35 kilos de marihuana que llevaba ocultos en un remís procedente de Posadas, provincia de Misiones. Por ese episodio fue juzgado y condenado el 25 de marzo del 2002 por los integrantes del tribunal oral federal Lilia Carnero, David Chaulet y Ramón Ferreira, quienes lo penaron con 12 años de prisión, dos más de los que había solicitado el fiscal de la causa, Roberto López Arango.
Atrapado con droga
Junto a Godoy fueron sentenciados otros dos hombres que viajaban con él cuando fue atrapado con la droga, Horacio López y César Aguilera, a quienes les aplicaron penas de 6 y 5 años de prisión.
La droga, que supuestamente iba a ser vendida en Paraná, estaba valuada para esa época entre siete mil y diez mil pesos y una vez fraccionada podía ser vendida en unos 25 mil.
Durante el juicio oral contra Godoy, se determinó que el narcotraficante había obtenido la droga en Paraguay y, como no podía transportarla en su auto por temor a los controles, contrató a López -empleado de la remisería Cristo Rey de Posadas- para que trajera la carga en el Corsa.
El fiscal López Arango calificó a Godoy como un "pez gordo" y, al conocer la sentencia aplicada por el tribunal, se mostró satisfecho por considerar que fue un fallo ejemplificador, ya que en la provincia, dijo, "siempre juzgamos a perejiles y a ladrones de gallinas".
Las sospechas de facilitamiento de la fuga de Godoy registra un antecedente reciente. El 4 de enero pasado, Oscar Ramón Martínez, de 46 años, alias el Gordo, se escapó de la cárcel de Paraná de una manera insólita. El preso de una contextura robusta hizo un agujero en el cerco perimetral y desapareció ante la mirada complaciente de los "8 ó 9 guardiacárceles" que custodiaban el presidio.
Martínez había sido apresado después de recibir el rescate por un secuestro extorsivo protagonizado por la banda de los cordobeses. A fines de noviembre del año pasado, el prófugo fue uno de los hombres que secuestró a una mujer de apellido Benetich en una estación de servicio ubicada en la ruta 127, en la localidad entrerriana de Diamante, del departamento Diamante.
Martínez fue procesado y enviado a la Unidad Penal Nº \1, pero de allí se fugó y hasta ahora no fue recapturado. Algunos investigadores sospechan que está involucrado en algunos robos de bancos ocurridos entre enero y febrero pasados en localidades cercanas a Rosario.