Año CXXXVI
 Nº 49.799
Rosario,
martes  01 de
abril de 2003
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Suzuki se va de Brasil por la pérdida de competitividad

La automotriz japonesa Suzuki anunció el cese de sus actividades comerciales en Brasil, aduciendo la pérdida de competitividad que le generó la devaluación del real, según anunció ayer el presidente de la filial brasileña, Toshio Ozawa. El directivo, quien admitió que la decisión de poner fin a las actividades en Brasil fue "muy difícil de asumir", señaló que la devaluación del real hizo que los costos operativos se tornaran prácticamente "insostenibles".
En 2002, un año en que el real se depreció 35 por ciento frente al dólar, Suzuki fue la tercera mayor firma importadora de automóviles en Brasil. La empresa comercializa en el país vecino cuatro modelos importados desde Japón: el familiar Ignis, el jeep Jimny, los todoterreno XL-7 (con siete asientos), y las Grand Vitara de tres y cinco puertas.
Sobre estos dos últimos modelos, son idénticos a las Grand Vitara que se fabrican en el complejo de General Motors de Rosario, pero que en el país vecino se comercializan con el nombre de Tracker y con la marca Chevrolet.
"Tenemos muchos consumidores en Brasil y estamos agradecidos a ellos. Por eso, tuvimos muchas dudas antes de decidirnos por el cierre de nuestros negocios en el país (por Brasil)", dijo Ozawa.
La empresa indicó que mantendrá la asistencia técnica y el abastecimiento de piezas originales como forma de continuar la atención a los clientes de la firma.
Suzuki comenzó a importar a Brasil sus productos en 1991, y sus principales modelos eran los jeep Vitara y Grand Vitara. En 1997, fueron vendidos más de 4.000 unidades de Suzuki, aunque en 2001 retrocedió a 1.230 y el año pasado ese total cayó a 1.010 unidades.
La salida de Suzuki de Brasil por problemas competitivos derivados del tipo de cambio podría eventualmente beneficiar a la actividad de la planta de General Motors en Rosario. La Grand Vitara producida localmente y que Brasil se vende como Chevrolet Tracker podría ganar la franja de mercado dejada vacante por el fabricante japonés gracias a su condición de vehículo fabricado en el Mercosur y al proceso devaluatorio que también se dio en la Argentina.


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