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Y todo por diez pesos

Este año, como en otros anteriores, decidí inscribirme en los cursos de italiano de la Familia Piamontesa de Rosario de calle Laprida 1350 y aboné el 50% de la inscripción, es decir, la suma de 10 pesos. Pero, aun contra mi voluntad, me dirigí nuevamente a dicha institución para comunicar que por nuevos horarios de mis actividades no iba a poder cursar mi tercer año de italiano. También, dada la considerable antelación de mi comunicación de no cursar y sobre todo por mi carácter de alumna de la casa, solicité que me fuese devuelto el dinero pagado por la inscripción, hecho que creí poder concretar. Pero no fue así. Ni siquiera se me contestó en forma definitiva en mi primer intento, lo que implica la falta de una norma explícita para el caso, sino que debí hablar hasta con la presidente de la Familia Piamontesa por 10 pesos para que me respondiera que era imposible que se me reintegrara el dinero. Así los hechos, caben varias reflexiones: 1º) el pésimo manejo institucional de una cuestión que si bien no es la más común, para nada es excepcional y menos impensable. 2) El tratamiento desconsiderado y totalmente comercialista y oportunista que recibe un alumno de esos cursos. 3) La falta de seriedad en el proceder, ya que en el recibo que se me dio ante el pago no reza ninguna leyenda que respalde la decisión de la institución. Por otro lado y de acuerdo a una formal división del planeta según su grado de desarrollo, esta institución estaría enmarcada en una región del primer mundo y nada menos que en uno de los lugares más prósperos de Italia.
María Inés Annecke