Año CXXXVI
 Nº 49.799
Rosario,
martes  01 de
abril de 2003
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Clausura 2003
La incesante marcha de Boca

Boca volvió a ganar y se distanció un punto más de sus nuevos escoltas, porque continúa ostentando el liderazgo aunque con otros inmediatos seguidores.
Pese a caer en Colombia en el último minuto de un partido sin sobresaltos y perder el invicto en la Copa Libertadores, el equipo que dirige el ultraexitoso Carlos Bianchi no acusó aquel impacto internacional, sumó tres puntos más en la competencia doméstica y sigue cómodamente instalado en la cima de las posiciones del torneo Clausura.
Gimnasia y Esgrima fue su última víctima. Y en La Plata, porque la regularidad xeneize no distingue escenarios ni contrincantes, demostrando la distancia con que supera a uno de los participantes argentinos en la Libertadores, habida cuenta de la calidad y la cantidad -léase recambio- de su plantel.
Sin dudas, su paso es arrollador. Se torna incesante. Por más que los puristas de este juego, amantes incondicionales de la estética -aunque esté reñida con la productividad-, prosigan con una fútil prédica, reclamándole belleza a las convincentes victorias boquenses, o atribuyéndole a esos resultados la inexistente buena fortuna del calvo entrenador.
A sus espaldas se asoman River y Vélez, que se perfilan para darle dura batalla en pos del título, si es que repiten sus últimas actuaciones. Es que el puntero los aventaja en solidez y experiencia (en este último aspecto frente a los admisibles pecados de juventud que podría cometer el plantel del club de Liniers).
Entre los titulares de la banda roja, vale destacar, reapareció el talentoso Luis González, para luego ser enriquecido por el habilidoso Daniel Ludueña, y el renovado dibujo táctico del técnico chileno Manuel Pellegrini estuvo dotado de mayor eficacia, más allá de que también ellos le aportaron el plausible volumen de juego que en Núñez es sello inconfundible.
Los flamantes segundos relegaron a los -hasta el domingo- únicos imbatidos del campeonato, Central y Racing. En realidad, el cuadro velezano se lució con el implacable Roberto Nanni y sí desplazó a los rosarinos, pues los académicos de Avellaneda le facilitaron a Unión la tarea para erigirse en nuevo cuco de los grandes, pues ya había liquidado a Boca y San Lorenzo.
Precisamente, no debe pasar inadvertida la escalada del cuadro de Oscar Craviotto y de Olimpo en la tabla de posiciones, otro de los que puja por seguir emergiendo en la de los promedios.
En especial, la del conjunto bahiense, pues si sigue sumando de a tres -por no dividir por dos o tres campañas- se alejará definitivamente de la posibilidad del descenso y la promoción. A su favor también cuenta que venció a Banfield, un posible rival directo por la permanencia, que parece haber perdido el rumbo del Apertura anterior, y esta jornada se desmoronó un poco más.
Derrotado por San Lorenzo, que en vibrante velada festejó su primer triunfo oficial en el año 2003, quedó mal Lanús y peor está Talleres -ya ubicado en la promoción, con peligrosos cortocircuitos entre sus jugadores y el entrenador Luis Cubilla.
En franca caída libre, los hinchas granates ya soportaron cinco traspiés en este final de temporada y, por su endeblez, es factible que se avecinen varios más. Junto al último, Huracán, son los que acumulan más reveses, amén de que posee una de las defensas más vulnerables.
Los adelantos de la séptima fecha, en definitiva, mostraron más de lo mismo, debido a que Independiente pudo rescatar un empate en Santa Fe frente a Colón pero no evidenció progresos para -a corto plazo- dejar de estar comprometido en la zona roja -valga el color que lo identifica- de la tabla más temida. (DyN)



Boca venció a Gimnasia con autoridad y sigue arriba.
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