En los últimos 30 años Italia hizo frente a condiciones adversas como la inflación, la crisis cambiaría y energética y la conflictividad sindical, pero consiguió superarlas y se convirtió en el quinto país industrial del mundo. Por si fuera poco, también logró construir un exitoso sistema de pequeñas y medianas empresas.
Con el afán de compartir los conocimientos que sirvieron al desarrollo de las pymes peninsulares, la Associazione No Profit di Promozione e Sviluppo Nazionale Europea ed Internazionale (Prosca) lanzó en Rosario cursos de formación sobre management agrícola, proget management para pymes e importación/exportación del sector agroalimentario.
El presidente de Prosca, Antonio Milone, estuvo presente en la apertura oficial de los cursos de capacitación, que también cuentan con el apoyo de la Cámara de Comercio Italiana de Rosario, y dialogó con La Capital sobre la experiencia de pymes en el sur de Italia, más precisamente en Sicilia. En esta región cuando empezaron a crecer este tipo de empresas existían características muy similares a las que hoy en día vive la Argentina.
Expertos en economía industrial señalan que la riqueza en materias primas y el formar parte del Mercosur, son ventajas fundamentales para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa en Argentina. Sin embargo, en el país falta que las pymes se expandan.
La receta italiana para lograr este objetivo se basó en contar con una autoridad, por ejemplo un intendente, que apoye a las diferentes empresas en servicios fundamentales como la difusión de tecnologías, transportes y sobre todo el acceso al crédito. No obstante, ahora se sostiene que todo nuevo emprendimiento debe comenzar por la formación, por una capacitación que aspire a fomentar las ideas.
En ese sentido, Prosca analizó las necesidades de la región y determinó que los cursos sobre management agrícola, project management para pymes e importación/exportación del sector agroalimentario respondían a las demandas de la zona y servirían para resolver problemas cotidianos de los empresarios locales. "Son hechos a medida", indicó Milone, aunque resaltó que Prosca se basa en el modelo empleado en el sur de Italia ya que la situación de Sicilia es asimilable a la Argentina. "Es inútil que miremos el modelo del norte, Argentina tiene las características que había en el sur hace 20 o 30 años y en Sicilia hemos demostrado que se puede llegar a un desarrollo industrial de las pequeñas y medianas empresas", explicó el presidente de la institución.
Milone destacó que en Italia el desarrollo se consiguió por la unión de algunos intendentes que planearon un proyecto conjunto entre lo público y lo privado. De esta forma lo público se encargó de conducir y de fomentar el desarrollo privado.
Excelencia en pymes
Italia, junto con todos los miembros de la Unión Europea (UE), forma parte del proyecto Agenda 2000. Este plan está dirigido a todos los países llamados en vías de desarrollo y Argentina, a partir de la devaluación y la caída del ingreso en dólares, entró en esta categoría y se convirtió en uno de los receptores de la ayuda que proporciona el Viejo Continente.
Las características fundamentales del proyecto pasan porque el crecimiento de una pyme debe darse sobre las bases de la calidad, la internacionalización y el marketing tanto territorial como internacional. Para que el gobierno italiano o la UE otorguen financiamiento deben cumplirse estos requisitos. A partir de 2006 cada empresa tendrá que estar en condiciones de manejarse sola e independizarse del apoyo estatal.
Además el programa apunta a ver las "oportunidades" y trabajar en red con todo el mundo. Prosca tiene un equipo de 60 personas especializadas en Italia y trabaja con socios en distintas partes del mundo. La institución, recientemente declarada por el gobierno italiano como ONG, cuenta con cobertura en toda la zona mediterránea, Medio Oriente, Africa y América. Milone mencionó, a modo de ejemplo, que una empresa de Córdoba quería colocar en Italia una máquina para paredes prefabricadas, pero al constatar las características del equipamiento se dieron cuenta que era vieja respecto a la tecnología empleada en el país peninsular y no llegaría a interesar en Italia.