| | cartas La vestimenta del empleado público
| Probablemente resulte inoportuno o liviano reparar en la situación planteada a raíz de la inapropiada vestimenta de un empleado público (planteado en este medio periodístico). Pero resulta sumamente oportuno que los propios empleados nos detengamos a analizar la situación acaecida, y convengamos que resulta sumamente provechoso abocarnos a la labor de dignificar nuestra tarea y jerarquizarnos, apelando para ello a todos los elementos posibles con el objeto de lograr un mejor reconocimiento de la comunidad en su conjunto. Muchos y variados son los frentes en los que se debería operar, pero refiriéndonos en esta circunstancia al aspecto formal de los empleados, resultaría imprescindible mejorarlo diariamente. El gobierno provincial, por convenio con uno de los sindicatos que elabora los uniformes en sus talleres, entrega anualmente la vestimenta, la cual si bien puede no ser lo tan apropiada que debería, soluciona en alguna medida la cuestión de estar medianamente bien vestido para prestar el servicio laboral. Los empleados públicos deberíamos ahondar en este tema apuntando a emular la política que sostienen muchas empresas privadas que bien hacen hincapié en la presencia de sus empleados, lo cual redunda en directo beneficios de la empresa y de sus empresarios. Raúl Carlos Ballardini
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