Observar una colonia de más de 4.000 lobos marinos desde un balcón panorámico con el sonido de fondo de sus llamados o peleas; ser testigo del sincronizado despliegue de color que una bandada de flamencos rosados ofrece en su vuelo armónico; contemplar desde la playa la llegada de miles de loros barranqueros que regresan ruidosos a alimentar a sus pichones en los nidos del acantilado o seguir el recorrido de una nutria que se sumerge en el río para aparecer luego entre los juncos, son algunos de los atractivos que ofrece el norte de la Patagonia, donde se destaca la ciudad rionegrina de Viedma como portal de ingreso al fascinante mundo natural, a 1.050 kilómetros de Rosario.
Además de las bondades cercanas que propone el mar, las ciudades de Viedma y Carmen de Patagones ofrecen la posibilidad de disfrutar del majestuoso curso de agua que las separa y las une al mismo tiempo: el río Negro. Sobre su lecho se destacan las pintorescas embarcaciones que trasladan a los lugareños de una costa a la otra, las canoas de pescadores y los ferrys.
Un paseo por las aguas del río permite tomar contacto con la historia de ambas ciudades, contemplar los puentes que las unen y disfrutar la notable arquitectura.
Por su parte, la ciudad de Viedma propone una diversificada propuesta cultural, a través de sus museos de historia, religión y antropología.
Recorrido por las chacras
En el valle inferior del río Negro, en el área conocida como Idevi, a pocos minutos de Viedma, existen numerosas chacras que se dedican a la producción de frutas, verduras, hortalizas, cría de animales y fabricación de productos regionales artesanales. Aquí se pueden realizar paseos y recorridas por algunos establecimientos y además degustar y comprar exquisitos quesos, alfajores, dulces, chocolates, nueces, almendras, licores, chacinados, escabeches de jabalí, liebre o vizcacha y artesanías típicas de la región.
Quienes no dispongan de tiempo para recorrer los establecimientos rurales pueden adquirir estos productos en comercios locales o en la feria artesanal y feria de productos de la ciudad de Viedma.
Galería natural
En el ingreso al sur del país la vegetación dominante corresponde al monte patagónico. Entre la paja vizcachera, flechilla y cola de zorro aparecen montes de chañares, jarillas, alpatacos y piquillines. Este territorio es habitado por el guanaco, ñandú, zorro gris y mara, ejemplares que suelen verse desde la ruta. Al atardecer es común ver perdices husmeando las banquinas del camino.
En relación a la fauna, los visitantes más osados eligen el avistaje de pumas o jabalíes, guiados por algún baqueano por las costas del río Negro, donde también es común la presencia de nutrias, cisnes cuello negro, patos y gallaretas que, en la zona de islas, complementan el encanto natural del lugar.
Balneario El Cóndor
A esta villa turística, distante 30 kilómetros de Viedma y conocida también como La Boca por su cercanía a la desembocadura al río Negro, llegamos a través de la ruta provincial Nº 1.
El balneario fue elegido por los vecinos de Viedma y Patagones para construir casas de fin de semana y con el paso de los años se fue transformando en una alternativa de descanso y esparcimiento para turistas que arriban procedentes de todo el país.
Hoteles, hosterías, departamentos y casas en alquiler seducen con sus ventanales al mar a los visitantes que año a año se acercan a sus playas en busca de tranquilidad y la posibilidad de practicar pesca, windsurf, sandboard, four trakcs, motocross, beach volley, beach handball, windskate, safari fotográfico y avistaje de mamíferos marinos.
Acampar en El Pescadero
A tres kilómetros del balneario El Cóndor, en la desembocadura del río Negro, se puede disfrutar de un lugar ideal para la pesca embarcada, de costa y con red. Salen corvinas, pescadillas, pejerreyes y lenguados. Con un área arbolada donde acampar y fogones para preparar los alimentos, este sitio cuenta con embarcadero propio e iluminación para la pesca nocturna.
Bajada del Espigón y Playa Bonita
Siguiendo hacia el sur, a 19 kilómetros de El Cóndor se llega a una bajada abierta en los acantilados. Se denomina El Espigón, por una formación rocosa sobre la playa de arena a la que los pescadores acceden desde la costa por dos puentes que se internan unos 80 metros mar adentro. A 3 kilómetros al sur del Espigón, otra bajada atraviesa el acantilado que muestra en sus imponentes paredes los estratos sedimentarios. Se trata de Playa Bonita.
Paseo por La Lobería
Siguiendo por la ruta provincial Nº 1 que bordea el río Negro y luego el mar, a 30 kilómetros del balneario El Cóndor, encontramos La Lobería. A esta sucesión de pequeñas playas con enormes acantilados, se puede acceder por una escalinata de cemento o a través de un cablecarril para el transporte de personas y elementos de playa. Entre la arena abundante emergen las restingas que en bajamar permiten disfrutar de apacibles baños en sus piletas naturales. El lugar ofrece estacionamiento, confitería-restaurante, camping con fogones, proveeduría y teléfono semipúblico.
Reserva Punta Bermeja
En el valle inferior del río Negro, en el área conocida como Idevi, a pocos minutos de Viedma, existen numerosas chacras que se dedican a la producción de frutas, verduras, hortalizas, cría de animales y fabricación de productos regionales artesanales. Aquí se pueden realizar paseos y recorridas por algunos establecimientos y además degustar y comprar exquisitos quesos, alfajores, dulces, chocolates, nueces, almendras, licores, chacinados, escabeches de jabalí, liebre o vizcacha y artesanías típicas de la región.
Quienes no dispongan de tiempo para recorrer los establecimientos rurales pueden adquirir estos productos en comercios locales o en la feria artesanal y feria de productos de la ciudad de Viedma.
La Ciudad
