Año CXXXVI
 Nº 49.797
Rosario,
domingo  30 de
marzo de 2003
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El viaje del lector
España: La Edad Media junto al Duero

En la comunidad autónoma de Castilla y León y en la provincia de Zamora se encuentra la ciudad de Toro. Partiendo de Madrid por la autovía arribamos al lugar luego de atravesar la sierra de Guadarrama y "pescar" una nevisca. Bañada por el río Duero, parece dormida en el pasado, repleta de elementos históricos y artísticos, que son su orgullo y el de sus escasos 10.000 habitantes.
Fuimos guiados para conocer sus bellezas naturales. Aquí sus pobladores abandonaron parcialmente el cultivo de la vid para dedicarse a otros más intensivos como la remolacha y el maíz. Los famosos "caldos", de alta graduación alcohólica y espesos al paladar, proporcionan un fuerte sabor frutado, aroma franco y sabor intenso.

El ritual del vino
Existe una identificación plena entre la ciudad y sus vinos y quien visita Toro no puede irse sin llevar sus renombrados productos vitivinícolas. Ritual que también nosotros completamos con gusto y curiosidad.
El lugar fue un centro de artistas y mecenas que emigraron en el siglo XVI a otras ciudades cerrando sus talleres. Pero dejaron aquí sus huellas en creaciones, como el cuadro de la Virgen de la Mosca, obra flamenca atribuida a la Escuela de Amberes, expuesta en la Colegiata de Santa María La Mayor. Es una basílica de tres naves, donde conviven dos estilos: el románico y el gótico. Se destaca el Pórtico de la Majestad, con la representación del Juicio Final.

Conventos y palacios
Además de la Colegiata hay gran cantidad de conventos y palacios que dan cuenta que esta ciudad fue sede de las cortes del reino en diversos momentos de su historia. Su presencia dio origen a un poder social y económico que provocó la construcción de iglesias, palacios y monasterios.
Antes del anochecer, que en esta época del año ocurre alrededor de las 17, visitamos el puente romano sobre el río Duero, lugar que además de ser una reliquia de la época de la dominación romana en la península, es un espacio para recreación y balneario en la estación estival.
La comitiva que nos guiaba me proporcionó muchos de los datos de este artículo, lo otros los he obtenido de un ciudadano ilustre y caballero nativo de esta población que mora en Madrid hace ya muchos años, que me honra conocerlo y del cual soy pariente.
Como era de esperarse y para calmar el frío intenso de principios de noviembre terminó nuestra visita en lo de una señora toresana que nos agasajó con un humeante café y una hospitalidad que le dio a nuestro paseo el tinte afectivo de "estar como en casa".
María Silvia Rinaudo



El puente construido por los romanos sobre el río Tuero.
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