El gobierno afirmó ayer que los principales candidatos presidenciales "están cabeza a cabeza", por lo que el próximo presidente saldrá del ballottage del 18 de mayo. Lejos de aceptar ese vaticinio, el menemismo insistió en que ganará en primera vuelta con más del 40% de los votos.
La versión del oficialismo corrió por cuenta del ministro del Interior, Jorge Matzkin, quien también anunció que, para "garantizar la transparencia" de las elecciones el 19 de abril se realizará un simulacro de la votación.
"Estamos muy obsesivos con la transparencia del proceso electoral en todo el país", admitió Matzkin en Jujuy, y anunció que en las próximas elecciones del 27 de abril "más de cuatro millones de personas tendrán que trabajar ese día", sin contar a "los militantes de los partidos políticos y a los periodistas" para "garantizar la transparencia" de los comicios.
En ese marco, anunció que el próximo 19 de abril se realizará una elección virtual, "un ensayo general, como diría un director de trabajo, de los comicios", para el cual serán invitados a participar "todos los candidatos presidenciales, apoderados, y que vengan acompañados por expertos en informática, jueces y periodistas".
A pesar de que el gobierno apostó todas sus fichas a la candidatura del gobernador santacruceño Néstor Kirchner, la revelación del ministro de que los principales candidatos presidenciales "están cabeza a cabeza, y es muy probable que haya segunda vuelta" electoral pone en evidencia que las mediciones de intención de voto que maneja la administración de Eduardo Duhalde no estarían reflejando lo que el oficialismo espera para su delfín a menos de un mes de los comicios.
Todo a ganador
Muy distinta parece ser la percepción del menemismo sobre las chances del riojano. A tal punto sus principales referentes manifiestan su optimismo que ayer Alberto Kohan afirmó que su sector "está trabajando y pensando que esta elección puede terminarse en la primera vuelta".
Aunque destacó que "hay que seguir hasta el último día, hay que contar los votos, pensamos que están dadas las condiciones para superar el 40 por ciento de los sufragios" por parte de Carlos Menem. "No es soberbia -se disculpó-, pero no pensamos en los rivales".
Cuando se le pidió que explique la razón por la cual el menemismo defendió al senador Luis Barrionuevo para que no sea expulsado de su banca, sobre todo porque se trataba de un hombre alineado con el duhaldismo, Kohan respondió: "No hay que entender lo que no existe".
Tras ser retrucado contestó: "Nosotros no nos peleamos; no sé hasta qué punto ha escuchado alguna vez que hayamos hablado en contra del duhaldismo".
Matzkin, en tanto, evitó hacer especulaciones sobre qué candidatos según el gobierno tienen más posibilidades de llegar a un eventual ballottage, porque afirmó: "El gobierno nacional maneja encuestas, pero no vamos a dar a conocer los números que tenemos en nuestro poder".
El ministro admitió que la Casa Rosada está "obsesionada por la transparencia" de los comicios y de esta manera buscó despejar de incertidumbre el proceso electoral, ante advertencias de algunos sectores políticos que temen que, ante la paridad entre los candidatos, se repitan incidentes como los que obligaron a suspender las elecciones a gobernador en Catamarca, a principios de marzo.
Precisamente por su responsabilidad en ese escándalo Barrionuevo estuvo a punto de perder su banca, pero fue salvado por sus pares justicialista. A pesar del bochorno que significó ese salvataje, Matzkin volvió a defender al dirigente gastronómico y frustrado candidato a gobernador catamarqueño. El argumento del ministro fue que en los incidentes que obligaron a suspender las elecciones en la provincia norteña "hubo responsabilidad compartida" entre Barrionuevo y el gobierno provincial.
Matzkin prefirió evitar profundizar en el tema Barrionuevo y continuar analizando el proceso electoral. Destacó que la participación de los votantes (estimados en 25 millones de personas) "será más alta" que lo que se espera de acuerdo a las encuestas, ya que -sostuvo- "la gente no va a rifar su voto".
Si bien reconoció que "no hay entusiasmo como en anteriores elecciones", el ministro vaticinó que esta vez "no habrá mucha cantidad de votos en blanco o voto bronca, como ocurrió en el 2001", donde ese tipo de expresión superó el porcentaje que sacó la lista de legisladores ganadora.