Año CXXXVI
 Nº 49.796
Rosario,
sábado  29 de
marzo de 2003
Min 17º
Máx 23º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





cartas
Cómo perdimos nuestra guerra

En vez de enviarnos bombas, misiles, marines, utilizaron a políticos vendepatria con una moral llamada "pragmática" para destrozar nuestra economía. Y cómo lo hicieron: destrozando nuestro sistema financiero, nuestra confianza en los bancos, nuestra credibilidad. ¿Saben cuánto tiempo nos va a costar volver a creer? ¿Cómo puede funcionar el crédito sin depósitos? ¿Cómo pueden crecer nuestras empresas sin crédito? ¿Se dan realmente cuenta qué fuerte nos golpearon? Inclusive tuvimos víctimas fatales, desocupados; fábricas destruidas. No se necesitan bombas para destruir a un pueblo. Es extraño lo que pasa en Irak ya que con nosotros fue muy fácil (¿tendrán políticos que no negocian?). Por un lado vimos que el sistema bancario privado (inclusive a través de sus AFJP, seguros de retiro, etc.) compró bonos públicos por cantidades que excedían largamente su patrimonio neto. Así colaborando en financiar la irresponsabilidad financiera del Estado, prestándole voluntariamente cerca de treintamil millones de dólares a la Nación y a las provincias nos llevó al default del Estado. ¡Oh! casualidad. Si no hubiera sido así nos hubieran dejado con posibilidad de manejar nuestra deuda. Era como decir: ¡endéudate, endéudate! De golpe te corto el crédito, cuando sé que no me podés pagar y las condiciones ya no las podés poner vos. Todo eso fue manejado desde adentro y desde afuera. Siempre hay entregadores y cómplices de los que quieren invadir a un país. Luego se cubren con leyes que votan los integrantes de esta corporación política perversa que los exonera de toda responsabilidad (ley de subversión económica) dejándolos y dejándose indemnes para repetir ese mismo accionar perverso en el futuro y a su vez quedarse con el patrimonio nacional (ley de quiebras). Fíjense que para la salida de esto se trata de encontrar la manera más benigna de cómo seguimos pagando los argentinos en general los platos rotos. Pero yo creo que el instrumento apropiado para reconstituir el sistema debe basarse en reglas de juego nuevas y ello sólo se logra mostrando ante el mundo y ante los argentinos el fin de la impunidad. Una guerra como la que sufrimos y estamos padeciendo en nuestro país no debe ser olvidada y resuelta con simples medidas de recomposición financiera sino con el total castigo a los culpables por acción, complicidad u omisión.
Stella Maris Coniglio


Diario La Capital todos los derechos reservados