Nueva York/Ginebra. - El secretario general de la ONU, Kofi Annan, afirmó ayer en Nueva York que deben tomarse medidas humanitarias urgentes para asistir a los habitantes de la ciudad iraquí de Basora, donde continúan los combates entre las fuerzas estadounidenses e iraquíes. Citando al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Annan dijo que Basora, la segunda ciudad de Irak con casi dos millones habitantes, enfrenta un "desastre humanitario" dado que la población no cuenta con agua ni electricidad tras la ola de ataques de los aliados. "Deben tomarse medidas urgentes porque una ciudad de este tamaño no puede existir sin agua y electricidad", advirtió Annan. La asistencia humanitaria para el pueblo iraquí durante la guerra está siendo analizada en el Consejo de Seguridad y se centra en la reanudación del programa Petróleo por Alimentos, que fue interrumpido por Annan el 17 de marzo, después de que los colaboradores de la ONU en Irak fueran evacuados cuando la guerra parecía inminente. Al tiempo en que los combates en el sur del país retrasaban el suministro de las necesitadas provisiones y la escasez de agua se agudizaba en Basora, el presidente ruso, Vladimir Putin, se sumó a las advertencias sobre la posibilidad de llegar a una crisis humanitaria. En Moscú, un portavoz del Kremlin dijo que el mandatario de Rusia le comunicó por teléfono al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que existe un riesgo de crisis humanitaria en Irak, donde el pueblo ha sido castigado por dos guerras anteriores en igual número de décadas y años de sanciones internacionales. En un "intercambio de opiniones sobre la crisis iraquí", el lado ruso enfatizó "las consecuencias de la acción militar", indico el portavoz. Asimismo, agregó que Putin había confirmado la posición de Rusia sobre Irak y destacó la necesidad de evitar una catástrofe humanitaria en la región. Mientras tanto, el primer ministro británico, Tony Blair, admitió ante el Parlamento que la resistencia iraquí en el sur está complicando la entrega de alimentos y otros suministros. Estados Unidos y Gran Bretaña, que buscan derrocar al presidente iraquí Saddam Hussein, esperaban ganar rápidamente el control del sur alrededor de Basora y la cercana Um Qasr, el único puerto del país con aguas profundas. No obstante, cinco días después de iniciada la campaña militar, ni el control está en manos de los aliados ni la ayuda humanitaria ha empezado a distribuirse. Distribuir ayuda es clave para la alianza británico-estadounidense, a fin de resaltar su mensaje de que la lucha es con Hussein, a quien los aliados acusan de tener armas de exterminio, y no contra los iraquíes. En Ginebra, el encargado para Cercano Oriente del CICR, Balthasar Staehelin, indicó que alrededor del 40 por ciento de la población de Basora tiene nuevamente acceso al agua, luego de que se lograra tomar medidas de emergencia con ayuda de técnicos locales. De todas maneras, el agua tiene un elevado contenido de sales. El CICR está aguardando garantías de seguridad de ambas partes para que los técnicos puedan proceder a reparar una estación de agua al norte de la ciudad. Además señaló que las provisiones de agua en Bagdad parecen estar bajo control. En el norte de Irak, unas 3.000 personas abandonaron las ciudades de Mosul y Kirkuk, controladas por el gobierno, y buscaron refugio en la región cercana controlada por los kurdos. El Comité Internacional de la Cruz Roja indicó que les está prestando ayuda y que está manteniendo conversaciones con ambas partes para enviar a sus representantes a visitar prisioneros de guerra, además de apelar a que se brinde un trato humanitario a los presos. Según las Convenciones de Ginebra, el CICR tiene derecho a ver a los prisioneros y hablar con ellos. Las partes beligerantes están obligadas a comunicarle a la organización que han tomado prisioneros. Además, la Cruz Roja no cuenta actualmente tampoco con cifras actualizadas sobre las víctimas de los últimos bombardeos sobre Bagdad, señaló la organización en una evaluación general de la situación en Irak. Annan afirmó que se ocupará de que los inspectores de armas, los cooperantes humanitarios y los cascos azules de Naciones Unidas vuelvan lo antes posible a Irak. Además, el secretario general afirmó que la ONU trabajará "junto a aquella autoridad que al final se haga con el control sobre Irak". (DPA y Reuters)
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