El ministro de Economía, Roberto Lavagna, estimó ayer que la inflación minorista en el 2003 estará en el orden del 14%, casi la mitad del 22% previsto en el presupuesto. Desde Italia, el titular del Palacio de Hacienda criticó el rol que cumplieron los organismos multilaterales de crédito durante la última década, al tiempo que vaticinó que la economía argentina crecerá este año "por encima" del 4%.
Lavagna disertó durante la asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se realiza en la ciudad italiana de Milán, y sostuvo que "los datos de pobreza y exclusión social de nuestro continente nos indican la imperiosa necesidad de expandir la producción y la ocupación".
"Cuando concluya el mes de marzo -indicó Lavagna- los indicadores de producción industrial y del PBI habrán de acumular cuatro trimestres de variación positiva".
En ese contexto optimista, el funcionario pronosticó que "la actividad económica crecerá por encima del 4% este año, en marcado contraste con el largo período recesivo que se inició a fines de 1998 y que se precipitó abruptamente en el 2001, derivando en una caída del producto al 10,9% durante el año pasado".
"La economía argentina está hoy consolidando el proceso de recuperación de la actividad y del empleo, lo que será la manera más eficaz de brindar a las autoridades que asuman el gobierno, el próximo 25 de mayo, el mejor marco posible para la transición", señaló el ministro en un tono más político que económico.
Lavagna también agradeció al titular del BID, Enrique Iglesias, las gestiones que efectuó para que la Argentina llegara a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a principios de este año.
En cambio, el ministro de Economía criticó a los organismos multilaterales de crédito: "Está claro que no pueden jugar un rol procíclico (asistiendo a los países en momento de expansión económica y retaceando el crédito cuando hay escasez), tal como ha ocurrido al menos recientemente en el caso argentino y en Latinoamérica en general".
"Mantener a buen resguardo el crédito preferencial de los bancos multilaterales debe tener como contracara una preocupación equivalente por la recuperación económica de nuestros países", afirmó el jefe de la cartera económica.
En ese sentido, el ministro señaló que "cuando el escenario internacional y los mercados financieros mejoren, habrá que estar más alerta que nunca", ya que, de acuerdo a "la experiencia reciente de mi país, la abundancia de la liquidez de los años 90 indujo a que deudores y acreedores, agentes públicos y privados, locales e internacionales, incurrieran en más riesgos de los necesarios y en irresponsables aplicaciones de fondos".
Lavagna también se refirió a las consecuencias sociales que acarreó ese tipo de políticas, al señalar que "los datos de pobreza y exclusión social de nuestro continente nos indican la imperiosa necesidad de expandir la producción y la ocupación con desempeños significativamente más sólidos que los registrados durante los últimos años".
"Todos sabemos que el progreso social, la equidad y la reducción de la pobreza son materias largamente postergadas y donde necesitamos brindar urgentes respuestas", agregó.
Sin embargo, "dentro de este panorama regional algo más promisorio que el pasado inmediato, la Argentina se inscribe favorablemente", puesto que "cuando concluya marzo, los indicadores de producción industrial y de Producto Bruto Interno (PBI) habrán de acumular cuatro trimestres de variación positiva".
Sobre esa base, Lavagna dio a conocer algunas proyecciones para este año y señaló que "la actividad económica argentina crecerá por encima del 4%" y que "los precios minoristas lo harán alrededor del 14%".
Un discurso para los acreedores
Por otra parte, Lavagna aseguró que las demandas de los acreedores privados italianos contra la Argentina se resolverán en forma "inteligente" a través de la discusión entre las partes y que la vía judicial adoptada por diversos grupos inversores de la península, no es la más justa.
En un reportaje concedido a la agencia de noticias italiana Ansa, Lavagna dijo que "esta situación se resolverá con soluciones inteligentes", para luego remarcar que "la vía del tribunal no es la más justa".
Además, el ministro aseguró que no teme a las acciones judiciales de ahorristas italianos que pidieron el secuestro de los bienes de la República Argentina en Italia.
El 19 de julio del 2002, la Justicia italiana hizo lugar al pedido de diez ciudadanos de ese país, que reclamaban al gobierno argentino el pago de títulos de la deuda por aproximadamente 1,4 millón de euros.
El fallo -luego revocado por instancias superiores- fue el primero establecido por un tribunal desde que Argentina se declaró en cesación de pagos con sus acreedores privados, y ordenó el embargo de un crédito para pymes argentinas, que el gobierno italiano había concedido por unos 2,5 millones de dólares.