| | "Puede ser pero no estoy segura", dijo Abalo de una sospechosa
| Jorge Salum / La Capital
La militante de la comunidad cristiana Mensajeros de Jesús Susana Abalo no pudo asegurar que la mujer policía que está acusada de ser quien la amenazó y agredió haya sido la autora de esos ataques. Abalo vio ayer a la sospechosa en una rueda de personas junto a otras tres mujeres y en principio la señaló como la más parecida a la agresora, pero dijo que tenía algunas dudas y que no se atrevía a asegurar que se tratara de la misma persona. "Puede ser ella, pero no estoy segura", fue la frase de Abalo al ver a la oficial auxiliar Claudia Mendoza durante la prueba ordenada por la jueza correccional Graciela Sedda. El abogado de Mendoza, Fernando Censi, dijo a La Capital que a su juicio el reconocimiento "no fue positivo". Mendoza fue detenida hace dos semanas como sospechosa de ser quien atacó a Abalo en su casa y también en un baño de la Facultad de Derecho, donde la víctima estudia abogacía. Estuvo dos días bajo arresto y luego fue excarcelada, aunque en la causa figura como imputada y formalmente está acusada como autora de esos hechos. El reconocimiento en rueda de personas realizado ayer era considerado una prueba esencial para el avance de las pesquisas ya que en principio no habría otros indicios concretos que vinculen a Mendoza con los ataques. Las dudas de Abalo parecen haber favorecido a la oficial auxiliar, quien negó ser la autora de los ataques y dijo que ni siquiera sabía de qué le hablaban cuando la acusaron. De hecho, el propio Censi había asegurado, cuando detuvieron a Mendoza, que las pruebas para acusarla eran "sumamente débiles". Ayer, ante el resultado del reconocimiento, dijo que es un paso más para demostrar "la inocencia" de su cliente. Abalo denunció judicial y públicamente haber sido víctima de varios ataques y amenazas de muerte, presuntamente por su militancia social. El episodio más impresionante ocurrió cuando alguien la agredió en un baño de la Facultad de Derecho y le provocó cortes en el rostro y los brazos. La víctima dijo que ese ataque fue perpetrado por una mujer y aseguró que se parecía a la persona que también la había agredido en su casa, unos meses antes. Mendoza cayó bajo sospecha porque supuestamente es parecida al fotofit que elaboró la policía con la descripción que aportó Abalo, y por una llamada telefónica desde su casa, en Pasco al 6000, a un profesor de la Facultad de Derecho que es amigo de la víctima. Ese llamado fue a la misma hora en que Abalo recibió una amenaza de muerte.
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