Sólo han transcurrido dos grandes premios, pero está claro que la Fórmula 1 tiene otra cara muy distinta respecto al año pasado, y el factor que más contribuyó a ello es la incertidumbre causada por las nuevas reglas.
El diario británico "The Times" lo advirtió ayer. "Ningún equipo entendió aún completamente las nuevas normas". Su afirmación se ve corroborada por los hechos. Pese a que los cambios fueron aprobados en su forma definitiva un mes antes del comienzo del Mundial, durante el Gran Premio de Australia los comisarios tuvieron que remitir 20 faxes a los equipos con explicaciones extras sobre las normas.
Las consecuencias de las dudas en las carreras fueron estrategias equivocadas y errores de conducción. Así Michael Schumacher, que definió la perfección de la conducción en el 2002, cometió dos errores de principiante que impidieron que aún se haya subido al podio: en Melbourne se subió a un pianito y perdió un alerón, y en Malasia embistió al Renault de Jarno Trulli al intentar pasar por donde no podía.
Otro ejemplo del caos que reina en la Fórmula 1 lo dio el hermano de Michael, Ralf Schumacher, en el Gran Premio de Malasia. Tras concluir la clasificación en una decepcionante decimoséptima plaza, el piloto de Williams-BMW mostró su disgusto con el cambio de normas: "Me tengo que adaptar a las nuevas reglas".
Sin embargo, 24 horas más tarde terminó en una meritoria cuarta posición la carrera, y su opinión cambió radicalmente: "Las nuevas reglas se están demostrando positivas. Mezclan tanto el orden de largada que en carrera pasan muchas cosas".
También paradójica es la postura de Ron Dennis, el director de McLaren-Mercedes. El británico fue uno de los mayores críticos de los cambios impulsados por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), e incluso se quedó sin habla al conocerlos. Sin embargo, su equipo fue hasta ahora el más beneficiado, con un triunfo del escocés David Coulthard en Australia y otro del finlandés Kimi Raikkonen en Malasia.
Pese a ello, Dennis sigue embarcado en la guerra. "Sólo necesitamos competición pura. Si quitamos los principios básicos de la Fórmula 1 ya no tendremos Fórmula 1".
Curiosamente, el principal elemento que causa incertidumbre no es el nuevo sistema de clasificación a una vuelta, sino el hecho de que los equipos no pueden repostar entre clasificación y carrera. Como definió el español Fernando Alonso, "la clasificación es ahora la primera vuelta de la carrera".
El caso del español fue paradójico. Alonso consiguió sorprendentemente con su Renault la pole position en Sepang, con su compañero Trulli segundo, y las especulaciones y los comentarios se dispararon.
"¡No puede ser, es una pole ficticia!", exclamó Dennis por el paddock, insinuando que Renault salió con muy poca gasolina para lograr un golpe de efecto, aunque tuviesen que reabastecer muy pronto al día siguiente en la carrera. También Ferrari apoyó la teoría.
Renault, el equipo que mejor adaptado a las reglas parece, negó repetidas veces la acusación, pero sus rivales no lo creyeron hasta que vieron que los bólidos franceses repostaron en boxes dos veces en la carrera, como todos los demás.
Como apunta "The Times", "ningún equipo descubrió métodos para determinar cuál es la estrategia de sus rivales. De hecho determinar quién es el más rápido en la Fórmula 1 se ha convertido en un ejercicio que requiere estrujarse a fondo el cerebro". Por eso las dos primeras carreras fueron tan emocionantes y repletas de incidentes, porque después de años de rutina los equipos se han enfrentado a lo desconocido, a la incertidumbre. (DPA)