En junio de 1968, el artista argentino Nicolás García Uriburu tiñó de verde 3 kilómetros del canal Grande durante la Bienal de Venecia, una obra conceptual que se refería a la defensa de la ecología y a la no contaminación de las aguas. También tiñó de verde ríos en Argentina, y fuentes en Europa, entre ellas las catorce fuentes de la ciudad de Kassel, durante la Documenta 5, y junto al artista alemán Joseph Beuys realizó la coloración del río Rin, entonces el más contaminado de Europa.
Durante la manifestación popular realizada en Madrid para protestar contra el ataque de Estados Unidos contra Irak, se tiñeron de rojo las dos fuentes de la plaza de Sol. De esta manera, los organizadores quisieron poner de manifiesto el horror que no muestra la televisión. "La sangre que las cámaras ocultan -explican los organizadores- comenzó a fluir por las calles de Madrid, en referencia directa a las víctimas de una guerra rechazada por la mayoría de los pueblos del mundo".
Un grupo de artistas españoles y argentinos, la organización no gubernamental Fotógrafos-Mundo sin Guerras, Avam (Artistas Visuales Asociados de Madrid) y distintas asociaciones profesionales de artistas proponen ahora teñir de rojo las fuentes de las ciudades y pueblos de Europa, de América y del mundo para que la violencia y la sangre cesen inmediatamente.
Repudio
Los objetivos de esta convocatoria son, según los organizadores, el repudio de la violencia física -cuya máxima expresión se da en las guerras- y toda violencia que derive o lleve a ella (violencia económica, racial, religiosa o sexual).
Asimismo plantean la defensa de la libertad de las ideas y la diversidad de creencias para todo ser humano; el desarrollo del conocimiento y de la ciencia al servicio de la vida; el reconocimiento en el mundo de la diversidad personal, de los pueblos y de las culturas; la afirmación de la igualdad de todos los seres humanos, y la consideración del ser humano como valor y preocupación central.
De esta manera, se lanzó la convocatoria para que "todos los artistas que quieran participar de este gesto artístico visceral contra la violencia tiñan la fuente de su ciudad o su pueblo, solos o en grupo, con el objetivo de que las fuentes del mundo manifiesten en este gesto el rechazo a la violencia".
Los organizadores sugieren realizar el tinte utilizando tinte vegetal biodegradable para evitar dañar los monumentos, y documentar la acción y remitirla a [email protected] o a [email protected], que se encargarán de difundir las imágenes por todo el mundo.