Hay cosas que parecen inexplicables. Hace diez días la Municipalidad había anunciado la clausura del boliche Babylon (Colombres 1885) tras un informe publicado por La Capital donde se daba cuenta de una catarata de irregularidades: el local carecía de habilitación para funcionar como disco, su música excedía los decibeles permitidos de sonido, adulteraba el medidor de la luz y era limpiado por los barrenderos de la concesionaria municipal de la recolección de residuos Cliba. Sin embargo, anoche y todas las noches posteriores al anuncio del municipio, el bar siguió funcionando. Y no sólo no se lo cerró, sino que la música sigue a todo volumen e incluso anoche los clientes terminaron bailando hasta en la vereda, según denunciaron ayer los vecinos a este diario.
"Es que el día que tenían que clausurarlo se constató con escribano que no había música. Después de que salió la denuncia en La Capital fuimos cada noche y hubo silencio total", se atajó ayer la titular de Registración e Inspección, Rosa Acosta.
Los vecinos no dicen lo mismo. Es más, aseguran que la inacción municipal a esta altura ya no los sorprende, y vuelven a señalar que no es un dato menor que el dueño de Babylon sea un pariente directo del director del Distrito Norte Villa Hortensia, Gerardo Borghi.
Para ellos, la situación ya se volvió "más que grotesca" y consideran que quedó en evidencia que este boliche "es intocable". "Nos están tomando el pelo -se indignó una vecina-. Nos quejamos por Babylon pero el municipio se dedicó esta última semana a clausurar a la competencia: un bar de enfrente y otro que está a media cuadra. Ahora la clientela de estos dos bares se concentra en el local que está en infracción y que se debió cerrar. Después dicen que acá no hay tráfico de influencias".
Varios meses de insomnio
Los vecinos que elevaron su queja contra Babylon aseguran que el bar les quita el sueño desde hace ya varios meses; en rigor, desde enero pasado, cuando se inauguró. Dicen que peleas, botellazos, gritos y un alto volumen de música están allí a la orden del día. Por eso, unas diez familias denunciaron en la Dirección de Registración e Inspección los problemas que sufrían por ese y otros dos bares de la cuadra (Llamarada y Bajada Puccio). El expediente 25.055/02 habla de ruidos molestos en Babylon, que está inhabilitado para funcionar como disco.
Y ayer aseguraron que la pesadilla continúa, y hasta se le sumó otro ingrediente: ahora los clientes ponen los equipos de música de sus autos a todo volumen.
"Anoche (por anteanoche) llamamos a Control Urbano y a la seccional 10ª de policía, pero no vino nadie", se quejó otra vecina de la cuadra.
A pesar de los reclamos y de que la la titular de Registración e Inspección había confirmado el 14 de marzo que el local ya tenía orden de clausura por exceso de sonido y tergiversar su rubro (estaba habilitado como bar y funcionaba como disco), Babylon nunca se cerró.
"Siempre siguió abierto -apuntan los vecinos-, no le pusieron faja de clausura. Bajaron un poco la música, nada más. Los clientes se adueñan de la cuadra desde las 2 a las 6 de la mañana, y no tenemos paz".
Para Acosta, que Babylon siga con su actividad a pleno tiene una explicación. "Se le habían labrado varias actas por contaminación sonora, pero como no persistieron las condiciones para su clausura, quedó abierto. De todos modos, los vecinos deben quedarse tranquilos porque ningún bar tendrá una inspección preferencial. Hemos realizado un control constante en Babylon, yo misma he pasado por allí", señaló Acosta.
El caso de Babylon no sólo es escandaloso por las reiteradas denuncias por ruidos molestos, sino porque robaba energía eléctrica. El titular de Villa Hortensia sorprendió al salir en defensa del local cuyo dueño es su sobrino y que curiosamente está en la jurisdicción del minimunicipio que dirige.
"Babylon nunca se enganchó de la luz", había señalado Gerardo Borghi el viernes 14. El bochorno llegaría minutos después de esa declaración, cuando la Empresa Provincial de la Energía confirmó a través de un comunicado que ya tenía labradas dos actas contra Babylon: una por adulteración del medidor y otra por estar directamente enganchado al sistema eléctrico.
No conforme, el funcionario siguió defendiendo al local de su sobrino. "Babylon tiene habilitación municipal", dijo, pero se constató que el negocio logró el permiso como bar recién el 13 de febrero, cuando en verdad empezó a trabajar el primero de enero. Y para colmo funcionaba como disco.
Como si todo esto no fuera suficiente, el local era limpiado por los barrenderos de la concesionaria Cliba, algo terminantemente prohibido por la Secretaría de Servicios Públicos. Ese hecho fue negado por funcionarios municipales, pero dos fotos publicadas por este diario dieron cuenta de ello en las ediciones del 14 y 15 de marzo pasados.