El brutal crimen de Ana Rótolo, la profesora de educación física de Alcorta asesinada de tres balazos hace una semana, tendría como telón de fondo una cuestión pasional. Así lo dejaron entrever voceros de la Unidad Regional VI, al detectar un presunto triángulo amoroso conformado por la víctima, el hombre que se encuentra detenido como presunto autor del homicidio -que se abstuvo de declarar- y el dueño de un boliche de la zona.
El asesinato fue descubierto el sábado 15 a la madrugada. El cadáver de la mujer apareció sobre la banquina de la ruta 90 entre Santa Teresa y Sargento Cabral, dos localidades del departamento Constitución. Tenía un disparo en la cabeza, que había ingresado por un ojo, y dos en la espalda, según confirmó la autopsia. Ese mismo día, a última hora, la policía detuvo como principal sospechoso a Diego Fioretti, de 27 años, un hombre que también vive en Alcorta.
Los policías llegaron hasta él en base a testimonios de amigos y familiares de Rótolo que aseguraron haberlo visto la noche del crimen junto a la víctima. Un testigo declaró a su vez haberla visto dentro de un automóvil similar al del acusado, estacionado a la vera de la ruta 90, prácticamente en el mismo lugar donde apareció el cuerpo horas después. Otra persona que declaró fue la hija mayor de la mujer. La chica contó que aquella noche a su madre la pasó a buscar un hombre en un Fiat 128 "clarito".
El coche de Fioretti, secuestrado por la policía, fue sometido a pericias, al igual que varias prendas de vestir. Con los exámenes que se realizan en la División Criminalística en Rosario se busca establecer si hay rastros de sangre.
Rótolo era profesora de educación física, pero hacía tiempo que no ejercía esa profesión. La última actividad que se le conoció en Alcorta fue la de organizar las fiestas de carnaval. Ese trabajo, que consistía en coordinar el paso de las comparsas, lo realizaba junto a Fioretti.
Además de compartir la misma tarea, Rótolo y Fioretti también compartían al parecer el mismo amor. Según establecieron los investigadores, la mujer mantenía una relación sentimental con el dueño de un boliche de la zona, quien a su vez, sería amante del hombre que está detenido. Esa es la primera hipótesis que sacaron voceros policiales de la investigación consultados ayer por La Capital.
Reconstrucción parcial
En base a los testimonios que se tomaron en Alcorta, la policía pudo reconstruir parcialmente los últimos minutos de vida de la víctima. La noche del viernes pasado Rótolo se encontraba acompañada de una amiga en la puerta de su casa. Ambas quedaron encontrarse más tarde en el bar Amelia. En un momento, alrededor de las 22, llegó Fioretti a bordo de su Fiat Super Europa color crema y con vidrios polarizados.
La amiga de Rótolo, cuya identidad no trascendió, declaró que cuando se retiraba del lugar vio llegar al compañero de trabajo de su amiga. Ese fue el último momento en que la vio con vida. El encuentro en el que habían quedado para más tarde en el bar de Alcorta nunca se concretó. Según trascendió, la testigo y otras conocidas de la víctima la esperaron durante varios minutos en el local.
Por otra parte, hay un dato llamativo que todavía no tiene conexión con el homicidio. Ese viernes, alrededor de las 18, Rótolo extrajo mil pesos de un cajero automático. La policía encontró en sus pertenencias el comprobante emitido por la máquina donde figuraba la operación, pero nada se sabe del dinero.
El imputado se abstuvo de declarar ante el juez de instrucción Rubén Bissio. En tanto, aún no se pudo encontrar el arma homicida.
La Ciudad
