Con la intención de reactivar el uso del dinero plástico e incentivar el consumo, la financiación y una recaudación más eficiente de los impuestos, el gobierno decidió devolver a partir del 1º de abril tres puntos porcentuales del IVA en las compras con tarjetas de crédito.
El tope de devolución será hasta un total de mil pesos en los resúmenes de liquidación mensual, y sólo en aquellos casos en que las empresas emisoras de tarjetas se comprometan a reducir la tasa de interés que les cobran a los usuarios.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, brindó una conferencia de prensa, horas antes de viajar a Milán, donde participará de la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (ver aparte), en la que expresó que este reintegro sólo será efectivo cuando las entidades financieras emisoras de las tarjetas abaraten sus comisiones.
Lavagna aclaró que este beneficio sólo regirá para los clientes de aquellas empresas de tarjetas de crédito "que se comprometan a reducir la tasa de interés" que le cobran a los usuarios, aunque el ministro no especificó ni cuantificó la baja en esa tasa.
El jefe de la cartera económica sostuvo que la medida sería firmada el martes, cuando retorne de Italia, y entraría en vigencia una semana después, siempre que se acuerde con las empresas de tarjetas de crédito. La medida complementa el reintegro de cinco puntos porcentuales del IVA que se aplica para las compras con tarjeta de débito.
Costo fiscal
El límite establecido hasta el tope de 1.000 pesos por liquidación está relacionado con el costo fiscal de la bonificación. Si la recaudación aumenta, el beneficio podría extenderse al total de la liquidación del cliente.
La medida, destinada a impulsar el consumo con dinero plástico, está en línea con lo dispuesto por el ex ministro Domingo Cavallo en el tramo final de la gestión delarruísta, cuando implementó la devolución a los consumidores de cinco puntos porcentuales del IVA en las compras realizadas con tarjetas de débito.
La tarjetas de débito que circulan en el país son Electrón, de Visa; Maestro, de Mastercard y Cabal, del Credicoop, se expandieron cuando se implementó el corralito y el ex ministro Domingo Cavallo forzó la bancarización de la sociedad. Actualmente manejan un monto de 250 millones de pesos por mes.
En cambio, las tarjetas de crédito habían tenido un ciclo de crecimiento durante la convertibilidad que se extendió hasta 1999, pero luego entraron en un ciclo negativo debido a la crisis económica.
El año pasado los bancos redefinieron el negocio del dinero plástico. En medio de la caída del consumo, la nueva estrategia se centró en convencer a los usuarios para que privilegien el uso de la tarjeta de débito y dejen guardada en la billetera la tarjeta de crédito. Con la nueva medida el gobierno tiende a revertir esa tendencia y reactivar el uso de las tarjeta de crédito, pero compromete a las empresas a que rebajen tasas que en buena parte de los casos son abusivas.
En medio de la crisis que se desató a fines de 2001, disminuyó el consumo en los rubros de mayor facturación a través de tarjetas (-25% respecto de años anteriores) y la cancelación temporaria por parte de los emisores de la financiación a través de planes de cuotas debido a la crisis de liquidez.
La Ciudad
