| | cartas El ferrocarril debe resurgir
| En los países más avanzados los ferrocarriles son mantenidos por su gravitación socioeconómica. En el nuestro, por el contrario, fueron primero decayendo y luego destruidos por un sistema de políticas distorsivas. En épocas de esplendor el ferrocarril abría camino entre regiones aisladas. Hoy estas zonas son pueblos fantasmas, inconexos. La gestión del gobierno de Menem fue perversa en este sentido, ya que coordinó un proceso de desprestigio promoviendo el levantamiento de ramales y la cancelación de servicios de pasajeros rentables, con un plan de despidos de 90.000 ferroviarios. Estos detractores decían que el Estado perdía un millón de pesos por día para sostener el sistema ferroviario. Hoy el subsidio a los actuales concesionarios alcanza a 1.350.000 pesos diarios, solamente para atender servicios de pasajeros en la Capital Federal y el conurbano. Las nuevas autoridades gubernamentales que se avecinan deben priorizar el retorno de una red ferroviaria nacional, digna de un país como el nuestro, tal como la soñaron los hombres que lucharon por hacer de este sistema de transporte el más rentable y seguro del país. Juan Carlos Coronell
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