Jorge Sansó de la Madrid / La Capital
Santa Fe. - La Iglesia Católica santafesina no logra recuperar la calma. Ayer, mientras el Arzobispado difundía detalles para la asunción de su nuevo titular, José María Arancedo, se conoció que el juez Eduardo Giovannini ha pedido que se investigue penalmente al arzobispo de Mendoza, José María Arancibia, y a la escritora Olga Wornat por obstaculizar la investigación en la que el ex arzobispo Edgardo Storni terminó procesado por abusos sexuales contra seminaristas. Arancibia fue encomendado por Juan Pablo II en 1994 para que investigara las denuncias sobre la vida privada de Storni. Arancibia se instaló en la casa del entonces arzobispo de Paraná, Estanislao Karlic, y por allí desfiló más de un centenar de testigos que atribuyeron al religioso no sólo las cuestiones sexuales sino también el abuso de poder en el gobierno de la Iglesia santafesina. Mientras Giovannini llevaba adelante la instrucción que desembocó en el procesamiento de Storni, citó a Arancibia pero éste se negó a testimoniar amparándose en un convenio entre la Argentina y el Vaticano, conducta que el juez ha considerado como obstaculizante de su investigación, por lo que pidió que se abra una causa penal en su contra. La derivación del caso se conoció ayer al tomar estado público el texto de la resolución por la cual lo procesó. La actitud del magistrado también alcanza a la escritora Olga Wornat, autora del libro "Nuestra Santa Madre", quien accedió a la investigación de Arancibia -con quien ella dice que habló de su libro- y en base a eso entrevistó a los mismos testigos que el prelado mendocino. Giovannini citó dos veces a Wornat pero ella no compareció, adoptando idéntica actitud que Arancibia. Así, el magistrado consideró que con su negativa ambos "atentan contra la administración de justicia, dado que privan a los jueces de los medios necesarios para reunir los elementos de juicio indispensables que permitan sustentar sus decisiones". Hasta ayer se decía que el procesamiento de Storni se basaba en la figura del abuso sexual, caso por el que Giovannini lo investigaba. Pero ese generalizado convencimiento, aunque verosímil, sólo era deductivo. Recién en la víspera se conoció lo que dijo el juez en el auto de procesamiento de Storni "como presunto autor de abuso sexual agravado", estimando probados los delitos que se le imputan. "Durante 1992 y 1993, en pleno ejercicio de su ministerio como arzobispo, autoridad máxima de la Iglesia santafesina y superior del seminario, convocado al Arzobispado y recibido en el departamento privado al compareciente, el seminarista Rubén Descalzo, para tratar cuestiones de la vida personal del mismo. En esas circunstancias, cuando sólo se encontraba con el seminarista haber efectuado sobre el cuerpo del nombrado, abrazos, besos, apretones contra su cuerpo, actos todos ellos con contenido sexual tendientes a mantener relaciones sexuales con el seminarista. Hechos repetidos en la casa de verano de la Curia, con domicilio en la localidad de Calamuchita; todos actos de contenido sexual practicados sobre el seminarista que le causaran perturbaciones emocionales y lo llevaran a abandonar sus estudios en el seminario", puntualiza, pese a la desmentida de Storni. Y concluye en que "puede adelantarse que los elementos reunidos permiten estimar que los hechos delictivos existieron y se cometieron". El decisorio judicial detalla que "en el caso que nos ocupa, parece ser que el arzobispo monseñor Storni no prestaba mucha atención a sus desenfrenos, siempre estando a los dichos de ex seminaristas, en las condiciones que los recibía y en alguna oportunidad sorprendido en situación muy comprometida, como lo narrara Rubén Descalzo que sorprendió al obispo efectuar sobre los seminaristas MM y WM, tocamientos en el cuerpo. Y, no obstante, que los hoy Diáconos, M y M, pronto a ordenarse sacerdotes lo nieguen en sus respectivas declaraciones, obvio que admitir semejante conducta sería totalmente contraria a la investidura de su ordenación, por lo tanto los dichos de ambos crean dudas sobre su veracidad y analizado en conjunto los testimonios colectados indican la importancia de las pruebas mencionadas que demuestran la consumación de los hechos". Giovannini es taxativo al afirmar que "no se trata ni deben interpretarse como simples besos. El tema lo han tratado y considerado ampliamente distintos tribunales y en casos diferentes. Y si nos detenemos a analizar los relatos de Martín Lascurain, Rubén Descalzo, como los de RNM, no caben dudas sobre intención y alto contenido sexual de la conducta abusiva del obispo Storni hacia sus seminaristas, porque su accionar demuestra la apetencia desplegada en cada circunstancia determinada" y transcribe parte del testimonio de RNM, quien expresó que "en el seminario se veían cosas o costumbres amaneradas" y que en una oportunidad escuchó que Storni le dijo al seminarista B: "O te entregás o te vas. Dice, que cuando era seminarista era convocado por monseñor Storni a sus aposentos privados, lo recibía en calzoncillos o totalmente desnudo, y a veces lo invitaba a acostarse con él en la cama".
| El arzobispo mendocino se amparó en un convenio. | | Ampliar Foto | | |
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