| | Clausura 2003. El día del clásico Killer lo vivió de los dos lados Jugó en el viejo estadio y en el Gigante
| En tres años cambió la imagen clásica en Arroyito. De aquella que mostraba una cancha que ya había entrado en la historia canalla a otra Gigante que también cobijaría hitos trascendentes del fútbol rosarino, argentino y mundial. Y sólo 8 futbolistas y un técnico fueron parte de esta historia. Aunque el gran protagonista fue Daniel Pedro Killer, quien jugó el partido del 76 con la camiseta auriazul (junto al Oso Ferrero, el Chiquilín García y José Van Tuyne) y el del 79 luciendo la rojinegra (con su hermano Mario Estanislao, Américo Gallego, Sperandío, Aguerópolis, el uruguayo Carrasco y la dirección técnica de José Yudica). Las últimas postales de la casa antigua en un Central-Newell's se vivieron el 29 de septiembre de 1976, por el torneo Nacional, en el que repartieron puntos con el 1 a 1 que no conformó a nadie, que despertó "una silbatina para despedir del field a ambos equipos" -según comentó La Capital- porque ya entonces habían cansado con tantos empates. El resultado empezó favorable a los rojinegros a los 28' con gol de Juan José Irigoyen pero a los 53' Aurelio José Pascuttini dejó las cosas iguales sin que los equipos hicieran demasiado por desempatar. Y esos largos tres años en los que se sucedieron las obras de remodelación, el Mundial del 78 con los triunfos argentinos ante Polonia y Perú, más el empate con Brasil, y los caprichos de los fixtures, que prácticamente hicieron coincidir las fechas para que la nueva historia se escribiera con letras de Gigante en Arroyito. Otro Nacional, un 30 de septiembre de 1979, pero el mismo resultado: empate. Esta vez 2 a 2, con goles de Orte y Trama para los canallas y de Ramos y Petti para los leprosos. Fue histórico, lástima que sólo 15.864 hinchas pagaron su entrada "porque las actualidades de los equipos no invitaban a llenarla", confiaba el diario.
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